Mi relación con mi sobrino Antonio ha sido siempre muy estrecha, tanto a nivel personal como profesional. Durante mi juventud, en los años en los que comencé a formarme e integrarme en el negocio familiar guiado por mi hermano mayor Félix, que fue el primero en suceder a nuestro padre en la dirección del grupo, tuve la ocasión de convivir con mi sobrino Antonio que, ya desde niño, apuntaba las magníficas cualidades, tanto humanas como profesionales, que posteriormente ha acreditado de forma sobrada. Durante mi presidencia al frente de la empresa, Antonio fue mi mano derecha y más eficiente colaborador. Juntos, y con la inestimable ayuda de mis restantes hermanos, Félix, Telesforo y Antonio, conseguimos hacer del grupo Herba un referente mundial en la industria arrocera. Durante esos más de veinte años de estrecha colaboración, Antonio fue consolidando el profundo conocimiento del sector del arroz y de la alimentación en general que, años más tarde, le permitirían, primero, recoger mi testigo accediendo a la más alta dirección del grupo Herba y, poco después, pilotar su integración en Ebro Foods, S.A., de cuyo consejo de administración forma parte desde el año 2002 como vicepresidente, desde 2004 como consejero delegado y desde 2005 como presidente ejecutivo del Grupo Ebro. En todos esos puestos Antonio ha venido demostrando su enorme capacidad y valía profesional que han contribuido, de forma decisiva, a situar al Grupo Ebro como número uno del mundo en el sector del arroz y segundo fabricante mundial de pasta, con presencia en más de 70 países de Europa, América, África y Asia. Como tío suyo, y único representante vivo de la segunda generación de la saga empresarial que, hace ya más de cien años, iniciara mi padre, Antonio Hernández Villar, no puedo sentirme más agradecido y orgulloso del brillantísimo trabajo realizado por mi sobrino, Antonio Hernández Callejas, al frente de la tercera generación, dejando el listón muy alto para los miembros de la, ya en ciernes, cuarta generación empresarial de la familia.