Sevilla

El suelo de la iglesia de Santa Isabel de Sevilla se reparará gracias a una ayuda de la Junta

La iglesia de Santa Isabel ya desalojada para la reparación de la solería.

La iglesia de Santa Isabel ya desalojada para la reparación de la solería. / M. G.

Unas obras inminentes. La comunidad de religiosas filipenses del convento de Santa Isabel va a poder reparar la maltrecha y peligrosa solería de su iglesia gracias a una importante ayuda concedida por la Junta de Andalucía. El convenio con la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes aportará los casi 130.000 euros que son necesarios para consolidar la cimentación y sustituir el suelo que en los últimos años había provocado más de una caída y generado situaciones comprometidas para la comunidad y los fieles.

Tras confirmarse la ayuda e la Junta en los últimos días se ha realizado el desalojo de la iglesia para empezar con una intervención muy necesaria y que ya contaba con los permisos oportunos. La consolidación del terreno y la eliminación de las humedades, mediante la creación de cámaras de aire, son básicas en esta actuación cuyo conste se cubre por completo con la subvención autonómica. La comunidad de religiosas, que lleva a cabo una encomiable labor caritativa, social y educativa, quiere acometer también una limpieza y pintar, por lo que esperan que las ayudas sigan llegando para poder realizarlo.

Detalle del maltrecho suelo. Detalle del maltrecho suelo.

Detalle del maltrecho suelo. / Juan Carlos Muñoz

La restauración de la portada

Con la reparación del suelo, Santa Isabel solucionará los dos más graves problemas que afectaban a la iglesia. El otro es la restauración de fabulosa portada renacentista trazada por Vandelvira y con un relieve de la Visitación de Andrés de Ocampo, una gran joya de la ciudad. Esta recuperación comenzó el pasado mes de septiembre y en unas semanas se retirarán los andamios.

La actuación ha servido para revertir los importantes problemas que afectaban a unos elementos de piedra que llevaban mucho tiempo desprendiéndose. Los trabajos han consistido fundamentalmente en la limpieza de la piedra, la eliminación de depósitos y restos orgánicos, la limpieza de relieve y llagas, el relleno de oquedades provocadas por la erosión, la aplicación de consolidantes y la colocación de sistema anti palomas. Lamentablemente no se han encontrado restos pictóricos en la piedra, como sucedió en el relieve de la fachada del convento de Madre de Dios.

Para llevar a cabo esta restauración, presupuestada en 50.000 euros, ha sido fundamental la colaboración del Ayuntamiento, que en diciembre de 2022 firmaba el convenio de colaboración para aportar 30.000 euros. La comunidad ha pudo completar los fondos necesarios gracias a las visitas periódicas que se organizan al convento, la rifa de unas pinturas donadas por José Cerezal, distintos conciertos o la celebración de eventos como el We Love Flamenco.

La iglesia de Santa Isabel ya desalojada para la reparación de la solería. La iglesia de Santa Isabel ya desalojada para la reparación de la solería.

La iglesia de Santa Isabel ya desalojada para la reparación de la solería. / M. G.

La Congregación Filipense Hijas de María Dolorosa nació con la misión de atender a los pobres marginados, los jóvenes y mujeres excluidos socialmente. Su casa principal está en Sevilla, en este convento de Santa Isabel, desde donde se coordina una ingente labor social que se extiende por España, América y África. En la sede hispalense hay una veintena de religiosas.

Las filipenses tienen aquí una casa hogar para mujeres, que es heredero de aquel de las “arrepentidas”, que no cuenta con subvenciones públicas, aunque las administraciones sí derivan a algunas personas que llegan a sus servicios sociales. También hay un hogar pare menores, en este caso concertado con la Junta de Andalucía. Además, la comunidad cuenta con un colegio de primaria y secundaria que ha cumplido 150 años y que fue en su momento el centro femenino más antiguo de Sevilla. Ahora es mixto y en él estudian más de 300 menores. Las monjas también dispensan cada día unos 200 bocadillos y cuentan con un ropero para vestir a quien lo necesite.

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