LA Gran Enciclopedia de Andalucía se presentó simultáneamente en Granada y Sevilla el 27 de febrero de 1979. Mañana se cumplen cuarenta años. Todos los miércoles se vendía un fascículo –llegaron a ser 140– en quioscos y librerías de las ocho provincias andaluzas, Madrid y Barcelona. La dirigió José María Javierre, sacerdote y periodista del que este año se cumplen diez años de su muerte. En la Fundación Cajasol recordaron la empresa algunos de sus colaboradores y dos de los coordinadores,Manuel Ángel Vázquez Medel, que sustituyó a Antonio Cascales, y Carlos Ros Carballar.

“La Enciclopedia reunió una masa crítica heterogénea, plural, realmente enciclopédica”, recuerda Ignacio Camacho, que colaboró en algunas entradas de Literatura. El vocablo Cine, del que habló Rafael Utrera, estaba en un fascículo entre Ciencia y Clavero con la actriz Ángela Molina en la portada. Antonio Checa se ocupó de una realidad muy poco conocida, la multitud de cabeceras de la prensa andaluza, amén de datos insólitos como el de que los primeros Altos Hornos estuvieron ubicados en Marbella.

Una Andalucía soñada, intuida, hasta el punto de que recoge Autonomía sin que ésta existiera, con sendas fotografías de Plácido Fernández-Viagas y Manuel Clavero Arévalo, visionarios de trochas inéditas, o Junta de Andalucía en una realidad preautonómica, simbolizada arquitectónicamente en el Pabellón Real.Vázquez Medel leyó un texto del primer coordinador, Antonio Cascales. Como no tenían imágenes de Albolote, dibujó la iglesia de esta localidad granadina a partir de una postal. Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, fue mecenas de un acto organizado por FANS (Foro Andaluz Nueva Sociedad), que preside Fernando Yélamos. Éste recordó a Andalucía como cantera de enmperadores de Roma, premios Nobel de Literatura y escenarios de óperas universales.

Fue profética hasta en el 28-F, al que se adelantó en un año. Carlos Ros contó que Javierre “estaba casi siempre de viaje” y que entre sus habilidades le sacó dinero “hasta a Jordi Pujol”. Una obra hecha con correo postal y máquinas de escribir, propiedad de la Junta desde 1985, que debería digitalizar, según Camacho, que se estrenó conLópez Pinillos, el sevillano precursor del tremendismo antitaurino.En el patio de butacas, colaboradores como Fernando Díaz del Olmo o Zacarías Cotán y mediadoras de este sueño: Salud Moreno Alonso, Ana María Flores, Concha Ollero. Una obra que gana con el tiempo y subió de 100 a 115 pesetas el fascículo.