Los dos supervivientes del accidente del A400M siguen "estables dentro de la gravedad" tras ser intervenidos de las heridas que sufrieron. Fuentes sanitarias explicaron a Efe que el herido de mayor gravedad es el ingeniero José Luis de Augusto, que sufrió traumatismo cráneoencefálico, quemaduras faciales y fracturas de miembros inferiores. El segundo herido, el mecánico de vuelos Joaquín Muñoz Anaya, sufrió traumatismo toracoabdominal y politraumatismos.

Ambos pacientes fueron intervenidos en los hospitales Virgen del Rocío y Macarena de sus lesiones y su estado es "estable dentro de la gravedad", apuntaron las fuentes sanitarias. Estas dos personas lograron salir del avión saltando desde las ventanillas después de que el aparato se estrellara.

Un guarda de un coto de caza y el encargado de una finca se acercaron al avión y arrastraron a los heridos hasta una zona más segura, una acción que les salvó la vida, ya que la aeronave estaba completamente en llamas y en el interior de la misma se sucedían las explosiones. El aparato había acabado de salir y estaba cargado de queroseno, lo que multiplicó su carga térmica.

Los trabajadores, a los que se unieron luego los dueños de la finca, mantuvieron conscientes a los dos heridos hasta que llegaron los servicios de emergencias sanitarias del 061, que desplazó varios equipos al lugar del accidente, envió también al helicóptero y llegó a instalar un hospital de campaña.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicitó después a los dos trabajadores que salvaron la vida del mecánico y uno de los ingenieros del vuelo, a los que calificó de héroes. Uno de ellos, el guarda de coto de caza Francisco Miranda, relató el sábado a este periódico como sacó a rastras a Joaquín Muñoz de las inmediaciones del avión y lo llevó hasta una zona más apartada, mientras su hija de 11 años lo observaba desde el coche.