Sevilla

Ocho testigos coinciden en que el autor del atropello intentó huir

  • El taxista que colaboró para interceptar al conductor asegura que salió en su persecución y se colocó varias veces a su altura para instarle a que se detuviera

Ocho testigos coinciden en que Fernando Vargas intentó darse a la fuga después de saltarse el semáforo en rojo y atropellar y causar la muerte a las dos jóvenes que cruzaban por un paso de peatones del Paseo de Colón. Estos ocho testigos han ratificado estos días ante la Policía Local de Sevilla que el conductor del Renault Clio causante del accidente no hizo nada por detenerse después de arrollar a Almudena González, de 30 años, y Patricia Alfaro, de 26.

Los diferentes testimonios confirman las conclusiones preliminares obtenidas por los propios agentes tras la primera inspección ocular del lugar del atropello. La Policía no halló ninguna marca de frenado en las inmediaciones del paso de peatones ni tampoco unos metros más adelante, junto a la Torre del Oro. Lo aportado por los testigos corrobora que el coche conducido por Fernando Vargas -y en el que viajaba como acompañante Adrián del Nido, hijo del presidente del Sevilla F. C., José María del Nido- no frenó ni redujo la velocidad tras atropellar a las dos jóvenes. Una de las víctimas fue desplazada 37,50 metros y la otra 29,28. Pese a que la parte delantera y el parabrisas del vehículo estaban destrozados, el conductor siguió su camino sin aminorar la marcha.

Uno de los testimonios que más ha esclarecido lo ocurrido sobre la una menos veinte de la madrugada del Domingo de Resurrección en el Paseo de Colón fue el de un taxista que contribuyó a interceptar la fuga del causante del atropello. Este taxista declaró ayer ante la Policía que se encontraba con su vehículo -con clientes en su interior- en la calle Almirante Lobo y vio cómo un coche le rebasaba de izquierda a derecha a gran velocidad, desde el Paseo de las Delicias hacia la Torre del Oro. El taxista corroboró también que el conductor se saltó el semáforo en rojo, vio el atropello de las dos jóvenes y cómo el vehículo proseguía su camino sin hacer ademán de detenerse.

Al ver que no se paraba, el taxista comenzó a perseguir al Renault Clio por el Paseo de Colón y llegó a colocarse a su altura en varios momentos y a indicarle al conductor que se detuviera. Un patrullero de la Policía Nacional se unió también a la persecución, lo que provocó que el Renault Clio detuviera finalmente su marcha a la altura de la plaza de toros de la Maestranza. En ningún momento el taxista declaró que atravesara su vehículo en mitad de la vía, tal y como se informó en un primer momento tras el accidente.

Instantes después llegó la Policía Local, sometió al conductor a una prueba de alcoholemia que dio positivo con una tasa de 0,57 miligramos de alcohol por litro de aire espirado -lo permitido es 0,25- y lo detuvo como presunto autor de un delito contra la seguridad del tráfico. Adrián del Nido se identificó como hijo del presidente del Sevilla, que se presentó unos minutos después en el lugar de los hechos. El copiloto del Renault Clio tuvo que declarar esa misma madrugada como testigo directo de dos homicidios, si bien manifestó que no vio nada porque padece una enfermedad visual que le hace perder aproximadamente un 70% de visión por la noche.

Por su parte, Fernando Vargas declaró ante la juez de Guardia que creía haber cruzado el semáforo en verde, que detuvo su vehículo en el momento en que así se lo permitieron los hitos del carril reservado a los taxis y que no pudo esquivar a las dos jóvenes en el paso de peatones, que según su versión se echaron encima de su coche. Después de prestar declaración ante la juez, ésta decretó su ingreso en prisión provisional y sin fianza. El juzgado encargado del caso le imputa dos homicidios imprudentes y un delito contra la seguridad del tráfico.

Un indigente que también presenció el atropello ha asegurado a la Policía que los dos ocupantes del vehículo arrojaron o se desprendieron de algo por la ventanilla del coche justo después del atropello y antes de detenerse. La Policía está investigando la veracidad de este testimonio. Las familias de las víctimas ya han podido enterrarlas, Almudena en Sevilla y Patricia en Madrid.

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