Un 'tsunami' emocional
El Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental aboga por el tratamiento del 'shock' tras el diagnóstico para superar la sensación de miedo, angustia e incertidumbre
Sólo escuchar la palabra cáncer en la consulta supone un fuerte impacto emocional, que se repite durante todo el proceso de pruebas, diagnóstico, el tratamiento y la reinserción al mundo laboral una vez superado el problema de salud. Tristeza, incertidumbre, miedos, angustia, depresión y dificultad para conciliar el sueño suelen formar parte del cáncer de mama y, en muchos casos, no reciben el tratamiento adecuado. Este tsunami emocional tiene capacidad para arrasar no sólo a la afectada sino también a su entorno familiar.
El Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, a través de su Grupo de Trabajo de Psicooncología, destaca la "importancia de la inclusión de este perfil -psicooncólogo- en los equipos de tratamiento multidisciplinares". El abordaje psicológico de las pacientes del cáncer de mama "comienza con la detección de las necesidades de cada paciente y de sus familiares para posteriormente utilizar las técnicas psicológicas en función de dónde esté focalizado su malestar", explica Guadalupe Maroño, responsable del Grupo de Trabajo de Psicooncología del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental. El abordaje psicológico incluye también al personal médico y de enfermería que atiende a las enfermas, que suelen implicarse con los casos.
El cáncer de mama representa el tipo de cáncer más frecuente en la mujer, con una incidencia anual de más de 22.000 casos en España, lo que se traduce en el 28,5% de todos los tumores femeninos. La incidencia global prevista de cáncer en mujeres españolas en este año 2015 es de 85.108. La mayoría de los casos se diagnostican en edades comprendidas entre los 35 y los 80 años, pero la franja de mayor riesgo está entre los 45 y 65 años, aunque cada vez aparecen casos en mujeres más jóvenes. Las tasas de incidencia están aumentando lentamente y se estima que una de cada ocho mujeres padecerá esta enfermedad a lo largo de su vida.
Desde el diagnóstico, las afectadas suelen tener dificultades para encontrar un espacio para expresar su angustia e incertidumbre. "Esta dificultad comienza en la propia familia, que le suele decir: sé fuerte, vente arriba, sonríe", explica la especialista, quien incide en que las enfermas también tienen derecho a tener momentos para derrumbarse. En la vida actual se ha convertido en una obligación permanecer sonriente y perfecto ante la adversidad. "La tristeza está mal vista", reseña la psicooncóloga, pero expresar sentimientos, también la tristeza, es necesario para que las pacientes asimilen su situación.
El cáncer de mama "es uno de los más estudiados en lo que se refiere a sus aspectos psicológicos y psicosociales. A pesar de los avances en los tratamientos y el aumento de la tasa de supervivencia, constituye un factor de gran estrés emocional para cualquier mujer, dado que afecta a un órgano cargado de impuestos social y culturalmente", explica la especialista. Además, "es sólo en los últimos años cuando los oncólogos han empezado a afrontar adecuadamente el impacto emocional que se produce en las pacientes y el hecho de que los estados de ánimo desempeñan un papel muy importante en la capacidad de tolerancia al tratamiento y quizás, según muchas investigaciones, también en sus resultados", añade Maroño.
El impacto emocional está vinculado a la mala imagen del cáncer, pese al aumento de la supervivencia. "Otras enfermedades son más mortales, como los problemas cardiovasculares o la diabetes, pero cuando a una persona le diagnostican hipertensión o diabetes lo asume con normalidad", añade la experta, que incide en la necesidad de desmitificar este problema de salud, pese a ser grave y al riesgo de un desenlace nefasto. "Cada vez hay más supervivientes", reseña.
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