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Patrimonio

El último Renacimiento

  • La rehabilitación del antiguo convento de Santa María de los Reyes concluirá este año. Las obras se centran en consolidar el claustro del XVI.

Es una de las mejores muestras del discurrir histórico de la ciudad, pero su importancia -incluso su existencia- pasa desapercibida para muchos sevillanos. El antiguo convento de Santa María de los Reyes (en la collación de Santiago) afronta su primera fase de rehabilitación con la que se pretende consolidar la estructura de las zonas que han estado en desuso hasta ahora. Este complejo patrimonial, que pasó en 1986 a manos de la Junta, fue sede de la Inquisición, palacio renacentista y luego cenobio. El solar en el que se levanta sirvió de necrópolis romana y posteriormente albergó un barrio almohade.

El antiguo convento de las dominicas descalzas ha servido desde hace casi 30 años para diferentes usos culturales, relacionados especialmente con la arquitectura. Dichas actividades se han desarrollado en la iglesia que data del siglo XVIII, el seminario y el compás al que se accede desde la calle Santiago. Ésta es la zona más conocida. Sin embargo, las otras dependencias que conformaban el antiguo cenobio -que en su totalidad ocupa una parcela de 4.665 metros cuadrados- han tenido poca utilización, lo que ha provocado un gran deterioro. Es el caso del impresionante claustro de estilo renacentista y de las antiguas huertas del convento, un espacio que está siendo objeto de una rehabilitación que comenzó en febrero.

La consejera de Fomento y Vivienda, María Jesús Serrano, visitó ayer el antiguo convento para comprobar cómo marchan los trabajos. El departamento que dirige prevé que finalicen antes de que concluya 2015. Actualmente el proyecto tiene un grado de ejecución del 35%. Las obras están financiadas con fondos Feder y cuentan con una partida de 1,13 millones de euros. La actuación se incluye dentro del Programa de Rehabilitación de Patrimonio de Interés Arquitectónico, presupuestado este año con más de siete millones de euros. La adjudicataria de la obra es la empresa Freyssinet.

La rehabilitación se divide en dos fases. La primera de ellas se ejecuta actualmente con la citada inversión y el objetivo pasa por consolidar la estructura en desuso para evitar su desplome. Fuentes técnicas de la obra precisaron a este periódico que esta zona del edificio se vio seriamente afectada hace años al rehabilitarse una casa palaciega colindante para adaptarla a hotel.

La actuación en esta primera fase se concreta en la mejora de la cimentación, la sustitución de las cubiertas para garantizar la estabilidad, el acondicionamiento de los patios del compás y del claustro así como la colocación de una nueva solería con la que se eliminen los desniveles existentes. En las zonas que se usan para actos culturales se mejorarán los aseos, se eliminarán las barreras arquitectónicas y se suprimirá la maquinaria "obsoleta" de climatización.

La arquitecta de la obra, Sara de Giles, explicó que en una segunda fase -para la que aún no hay presupuesto- se habilitarán los tres accesos a los jardines para que éstos sean de uso público para la ciudad. "Intentaremos que los sevillanos disfruten del pulmón verde que se esconde en este complejo patrimonial. Para ello es necesario que se facilite el acceso a los jardines desde las calles Santiago (por una puerta independiente a la actual), Muro de los Navarros y Ceniceros. Con el dinero destinado en esta primera fase no ha sido suficiente". Varios técnicos que participan en esta intervención advirtieron de la necesidad de que los trabajos "no se detengan" cuando concluya esta primera fase, pues sería "muy perjudicial" para la conservación de uno de los edificios con más historia de Sevilla.

El historiador Nicolás Ramírez explicó que en este solar hubo en época romana una necrópolis, cuando la muralla de la ciudad corría en paralelo a la calle Santiago. Luego fue barrio almohade, ya que la urbe se extendía hasta el Muro de los Navarros.

La estructura actual procede de uno de los últimos palacios renacentistas construidos en Sevilla, a finales del siglo XV o principios del XVI, que perteneció a los duques de Veragua (descendientes de Cristóbal Colón). Después pasó a manos del Santo Oficio y ya en 1635 se convirtió en convento de las dominicas descalzas, donde estuvieron hasta 1970.

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