El Valme activa un pionero 'fast track' para la arteritis de células gigantes
El nuevo circuito asistencial permite evaluar, diagnosticar e iniciar tratamiento en menos de 48 horas, reduciendo el riesgo de ceguera e ictus
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El Hospital Universitario de Valme se ha posicionado como centro pionero en Andalucía al implantar un circuito asistencial rápido —denominado fast track— para el abordaje de la arteritis de células gigantes (ACG), una enfermedad inflamatoria vascular considerada una urgencia médica por su capacidad de provocar complicaciones severas como pérdida de visión irreversible o accidentes cerebrovasculares.
Este nuevo protocolo ha sido desarrollado en el servicio de Reumatología del centro sevillano por la jefa de servicio, la doctora María Luisa Velloso, en colaboración con el médico interno residente Álvaro Román. Se trata de un modelo asistencial ágil y multidisciplinar que permite, en un único acto médico, evaluar clínicamente a los pacientes con sospecha de ACG, realizar una ecografía vascular diagnóstica y comenzar el tratamiento en las primeras 24 a 48 horas. El objetivo: mejorar el pronóstico y reducir drásticamente el riesgo de complicaciones.
"Es un circuito pionero en Andalucía. Apostamos por un diagnóstico rápido mediante ecografía vascular y la instauración temprana del tratamiento, lo que ha demostrado beneficios asistenciales muy claros", explica la doctora Velloso.
La arteritis de células gigantes es la vasculitis sistémica más frecuente. Se caracteriza por una inflamación de las arterias de mediano y gran calibre, especialmente en pacientes mayores de 50 años. Su prevalencia se incrementa con la edad, alcanzando el pico entre los 70 y 79 años, y es más habitual en mujeres. En España, se estima una incidencia de entre 10 y 34 casos por cada 100.000 habitantes mayores de 50 años, y suele asociarse a la polimialgia reumática en el 40-50% de los casos.
A pesar de su baja frecuencia, se trata de una enfermedad de alto riesgo para la salud. Entre sus manifestaciones clínicas más comunes se incluyen cefalea de nueva aparición, alteraciones visuales, claudicación mandibular o lingual, y dolor muscular generalizado. Sus complicaciones más temidas: la ceguera irreversible, que afecta a entre un 15 y 25% de los casos, y el ictus, con una incidencia del 3 al 7%.
Diagnóstico rápido y menos invasivo
Tradicionalmente, el diagnóstico de la ACG requería una biopsia de la arteria temporal, una prueba invasiva y no exenta de riesgos. Sin embargo, los avances en ecografía vascular han permitido que esta técnica, no invasiva y de realización inmediata, se equipare en fiabilidad diagnóstica a la biopsia. En el Hospital de Valme, los reumatólogos han recibido formación especializada en esta herramienta, lo que ha sido clave para agilizar el proceso diagnóstico.
“El entrenamiento en ecografía vascular permite reducir tanto los tiempos de diagnóstico como la necesidad de recurrir a pruebas invasivas”, destaca Velloso. Además, la implementación del circuito se apoya en algoritmos clínicos que definen el papel de cada especialidad médica implicada, garantizando una atención integral.
El nuevo protocolo del Hospital de Valme involucra a múltiples servicios hospitalarios. Urgencias, Neurología, Oftalmología y Enfermedades Infecciosas actúan como puertas de entrada, derivando los casos sospechosos al servicio de Reumatología. Una vez valorado el paciente, otras especialidades como Radiología, Medicina Nuclear, e incluso Cirugía Vascular o Anatomía Patológica, pueden participar si el caso lo requiere.
Desde su pilotaje en 2023, el circuito se encuentra ya plenamente implementado. En su primer balance, se han estudiado 32 pacientes, de los cuales se ha confirmado el diagnóstico en siete (21,9%) y se ha descartado en 23 (71,9%). El resto continúan en seguimiento.
Los resultados preliminares avalan el éxito del modelo: diagnósticos más rápidos, menos complicaciones graves, mejor respuesta al tratamiento, y una notable reducción en el uso de biopsias temporales. Además, la experiencia clínica del equipo, su formación técnica y la participación en estudios multicéntricos nacionales elevan la calidad asistencial del centro.
Más allá de la rapidez en el diagnóstico, el circuito fast track aporta beneficios tangibles para los pacientes: evita tratamientos innecesarios y sus posibles efectos secundarios (como crisis hipertensivas, infecciones, o descompensación diabética) y mejora la calidad de vida al preservar la autonomía, funcionalidad y participación social de las personas afectadas.
Este enfoque eficiente y multidisciplinar sitúa al Hospital de Valme como referente en el tratamiento de esta patología compleja. Además, se alinea con las mejores prácticas clínicas y evidencia científica, que respaldan la utilidad de los circuitos rápidos para enfermedades con riesgo vital o secuelas graves.
Con esta iniciativa, Valme se suma a la vanguardia en el tratamiento de enfermedades reumatológicas de alta complejidad, apostando por la innovación, la colaboración entre especialidades y la atención centrada en el paciente.
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