Vecinos denuncian la degradación de los Jardines de La Calzada, frente a Santa Justa
Consideran que este espacio, que debería funcionar como "un escaparate de la ciudad", se convierte cada fin de semana en un lugar donde se celebran 'botellonas' y se llena de residuos y cristales rotos
Un mal endémico. Los Jardines de La Calzada –justo enfrente de la estación de Santa Justa– sufren, fin de semana sí y fin de semana también, los efectos colaterales de las botellonas y de las concentraciones de personas hasta altas horas de la noche. Por la mañana, los espacios de juegos infantiles amanecen llenos de cristales rotos y de bolsas de basura esparcidas por todas partes esperando para ser recogidas. Los vecinos de la zona, principalmente los de la parte que colinda con la calle Santa Juana Jugán están hartos. No sólo por lo evidente –la acumulación de residuos que ilustran las imágenes que acompañan este reportaje–, también porque consideran que estos parques “han quedado fuera del reordenamiento que plantea el Ayuntamiento de Sevilla” para una zona que funciona como “escaparate de la ciudad” para el que viene de fuera.
Así lo denuncia un vecino que prefiere mantenerse en el anonimato, pero no duda en apostillar que la situación “va más allá del botellón”. Que sería lo evidente. También pasa por la consideración “del uso del espacio público”. Y es que este punto verde tiene la particularidad de estar dividido por el paso de las vías del tren desde la estación de San Bernardo. Una de las partes, la explanada que colinda con la calle Pablo Picasso y con la rotonda de la Avenida Kansas City, es utilizada “como botellódromo para las previas de los partidos del Sevilla”. La otra, que da con la Avenida José Laguillo y con la calle Santa Juana Jugán, se convierte “en una zona completamente inservible” cuando llegan los fines de semana, además “de ser un peligro” para los más pequeños cuando amanece.
De hecho, este vecino pone como ejemplo la situación que sufrieron hace apenas dos semanas: “El parque infantil amaneció el sábado lleno de cristales rotos y restos de botellas y orines por todos lados. Se pegó así todo el día y no lo recogió Lipasam hasta el domingo por la mañana”. También admite que “hace un par de años” la situación “fue criminal” con “botellonas masivas, peleas, cristales rotos y coches afectados”. El año pasado “empezamos igual, pero la policía se pasó alguna vez y parece que la intensidad disminuyó hasta desaparecer”. Sin embargo, la zona parece haberse puesto de moda de nuevo con la llegada del otoño.
Este mismo lunes, otra vecina intentó entrar con su perro en el pipicán de este espacio, pero el propio camino hacia la puerta hizo cambiara de idea. “Está todo lleno de cristales rotos y me ha dado miedo que el animal se los clavara en las patas...si está así esta parte no me quiero imaginar el estado de la zona reservada para perros. Da miedo”, ha señalado Julia Guisado.
Este tipo de denuncias no son –por desgracia– nuevas. Si tiramos de hemeroteca, otra vecina denunció la situación, en 2021, con una carta al director de este periódico. En su escrito, Lucía Tarrío Pérez explicaba que cuando paseaba a su perro durante las mañanas de los domingos sólo encontraba “suciedad, basura y desperdicios” en los Jardines de La Calzada, convirtiendo este espacio en un lugar “descuidado” donde brillaba por su ausencia el civismo.
Aunque el gobierno municipal ha reforzado la seguridad y la vigilancia en 14 parques de la ciudad, estos Jardines han quedado fuera de la nueva ordenanza.
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