Veinte años devolviendo latidos en el Hospital Virgen del Rocío

La unidad de Unidad de Rehabilitación Cardíaca cumple dos décadas en las que ha acompañado a miles de pacientes, guiándolos en cada paso hacia la recuperación

Niños con cardiopatías se recuperan antes gracias a una cirugía menos invasiva en el Virgen del Rocío

Tres pacientes en las bicicletas de la unidad de Rehabilitacion Cardíaca del Virgen del Rocío.
Tres pacientes en las bicicletas de la unidad de Rehabilitacion Cardíaca del Virgen del Rocío. / H. U. V. R

Cuando Susana Vela sintió una fiebre persistente que no cedía, nunca imaginó que aquel malestar la llevaría a enfrentarse a la operación de su corazón. La ausencia de mejora la llevó al hospital, donde finalmente descubrieron la gravedad de su situación. Una endocarditis había afectado su válvula mitral y la preocupación se mezclaba con el miedo. "Es el órgano que nadie quiere ver afectado", recuerda, con una mezcla de respeto y gratitud. "De repente, todo cambia. Te sientes frágil y dependiente de otros para recuperar tu vida", reconoce.

Tras la operación, llegó la fase que más temía: la recuperación. Fue entonces cuando la derivaron a la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Universitario Virgen del Rocío. Susana recuerda su primer día como un pequeño paso hacia la normalidad. "Me explicaron cómo funcionaría todo, qué ejercicios haría, y sobre todo, me transmitieron tranquilidad. No estaba sola en este camino", afirma. Desde los primeros días, Susana descubrió que la rehabilitación no sólo era física, sino también emocional. Cada sesión estaba diseñada para fortalecer su corazón, su cuerpo y su confianza. "Recuerdo cómo las máquinas me medían cada latido y cómo los profesionales estaban pendientes de cada detalle. No sólo cuidaban de mi corazón, cuidaban de mí", dice con una sonrisa.

Foto de familia de los participantes en la jornada por el 20 aniversario de la unidad de Rehabilitacion Cardíaca.
Foto de familia de los participantes en la jornada por el 20 aniversario de la unidad de Rehabilitacion Cardíaca. / H. U. V. R.

Su relato ha formado parte de una jornada conmemorativa celebrada en el Aula Magna del Edificio de Gobierno por los 20 años de la unidad pionera que el hospital celebra este 2025 en la que se recordaron sus hitos, se entregaron reconocimientos a profesionales y pacientes destacados y se proyectaron historias de superación como la de Susana, que evidencian el impacto en la vida de quienes pasan por este espacio, que nació de la mano de pequeño grupo de profesionales que decidieron unir ciencia, empatía y ejercicio terapéutico para ofrecer una segunda oportunidad a quienes habían sufrido un infarto, una cirugía de válvula o incluso un trasplante de corazón, bajo el convencimiento de que la recuperación de un corazón no debía terminar en el quirófano.

Dos décadas después, los números hablan. Por esta unidad, ubicada en el Hospital de Rehabilitación y Traumatología, pasan más de 500 pacientes al año, más del doble de la media nacional (200 pacientes en las 92 unidades existentes en España). Y lo hace gracias al compromiso de un equipo que trabaja al unísono conformado por las cardiólogas Ana López Suárez y María Ronquillo Japón; las rehabilitadoras Ana María López Lozano y Raquel García López; la fisioterapeuta Susana Sánchez Canto y el enfermero Rafael Ávila Garrido.

Una de las terapias en la unidad.
Una de las terapias en la unidad. / H. U. V. R.

Desde su llegada, cada paciente recibe un seguimiento integral, adaptado a sus necesidades y condiciones específicas. Ana López Suárez, cardióloga de la unidad, explica que "el principal objetivo es disminuir la posibilidad de que vuelva a ocurrir un problema y ayudarles en la recuperación".

Ese acompañamiento comienza apenas dos o tres semanas después de la hospitalización. El paciente recibe una valoración integral antes de iniciar el programa en el que la doctora Ana María López Lozano, especialista en Rehabilitación, evalúa la morbilidad y las posibles limitaciones físicas de cada persona. "Hacemos una valoración completa para analizar la morbilidad asociada y otras patologías que puedan limitar la realización del programa físico", explica. "Si no puede hacer cinta, hace bicicleta; si no puede realizar determinados ejercicios, se adaptan. Lo importante es que todos puedan participar", detalla.

El servicio dispone de nueve puestos (seis bicicletas, tres cintas y ergometría de brazos), además de fisioterapia respiratoria y pruebas de esfuerzo. Al finalizar el programa, se elabora un informe médico conjunto entre Cardiología y Rehabilitación, con pautas para mantener los hábitos saludables adquiridos y asegurar la continuidad del progreso.

En el caso de Susana, el programa incluyó sesiones de fuerza y cardio, siempre bajo monitorización continua, junto con consultas regulares con cardiólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas y enfermería. "Ellos te ayudan a recuperar la confianza, a aprender a escuchar tu cuerpo y a convivir con lo que te ha pasado sin miedo”, afirma. La paciente destaca la importancia del acompañamiento humano. "Están ahí para todo, sobre todo en los momentos en que te vienes abajo. Eso da tranquilidad y seguridad para recuperarte", añade.

La paciente destaca el trabajo en coordinación con otras unidades y con Atención Primaria, ofreciendo un enfoque integral. "Ahora siento aún más admiración y agradecimiento, porque he podido conocer todo el trabajo que hay detrás, la formación continua, la investigación y las ganas de mejorar cada día", comentaba Susana tras participar en el acto conmemorativo del 20 aniversario de la unidad.

Para ella, la rehabilitación no sólo fue física. "El progreso fue clave para la recuperación. Salí con fortaleza mental, ilusión y con la tranquilidad de poder retomar mi vida diaria", sostiene. La paciente encontró, además, un espacio de comunidad. Compartir experiencias con otros pacientes le permitió comprender que no estaba sola, que sus miedos y logros eran universales. "Escuchar sus historias me daba fuerza, y compartir la mía les daba esperanza a ellos. Era un círculo de apoyo que no esperaba encontrar", comenta.

Hoy, vive con normalidad junto a sus hijos y mira atrás con gratitud. "Debemos ser conscientes de la sanidad pública que tenemos, de contar con profesionales que no solo operan, sino que cuidan de nosotros después con tanto detalle y dedicación. La Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Virgen del Rocío ha sido clave en mi recuperación, y espero que muchas otras personas puedan beneficiarse como yo lo hice", sentencia.

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