El Virgen Macarena avanza en el diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista con un estudio pionero
La Unidad de Neuropediatría analiza 40 años de datos para mejorar la detección y tratamiento del TEA, revelando mayor prevalencia en hombres
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El Hospital Universitario Virgen Macarena ha dado un paso significativo en la investigación del Trastorno del Espectro Autista (TEA) tras presentar un exhaustivo estudio basado en cuatro décadas de registros clínicos.
La investigación, expuesta recientemente en el Congreso de la Sociedad Española de Neuropediatría (SEN), analiza la prevalencia, diagnóstico y seguimiento de este trastorno del neurodesarrollo, con el objetivo de establecer criterios clínicos unificados y mejorar la atención a los pacientes afectados. Los resultados ya están arrojando luz sobre patrones diagnósticos que podrían transformar los protocolos de actuación en este campo.
El proyecto, liderado por la neuropediatra Ana Carbonero y financiado gracias a un premio otorgado por la SEN el año pasado, ha examinado minuciosamente los expedientes de casi 10.000 pacientes pediátricos registrados en la Unidad de Neurodesarrollo desde 1984 hasta 2024.
Un dato revelador del análisis muestra que más del 14% de estos pacientes fueron derivados a la unidad por sospecha de conductas relacionadas con el TEA. Otra conclusión destacada refleja la marcada diferencia de género en el diagnóstico: mientras que el 83% de los casos diagnosticados corresponden a varones, apenas un 16,6% son mujeres. Según explica Carbonero, "las peculiaridades del TEA en mujeres hacen más difícil el diagnóstico", lo que plantea la necesidad de desarrollar herramientas específicas para la detección en población femenina.
Evolución diagnóstica del TEA en las últimas décadas
La investigación del Virgen Macarena ha detectado un notable incremento en la prevalencia del diagnóstico de TEA a partir de 2015. Este aumento no responde necesariamente a una mayor incidencia real del trastorno, sino a factores como "un mejor abordaje, mejores herramientas diagnósticas y menor estigmatización del diagnóstico", según apunta la especialista. No obstante, Carbonero advierte que "se debe seguir avanzando en aunando nomenclaturas y consensuando algoritmos diagnósticos", una tarea pendiente para la comunidad médica especializada.
El estudio también ha permitido analizar la evolución temporal en la edad de diagnóstico, constatándose una tendencia hacia la detección cada vez más precoz. Este avance resulta fundamental, ya que la intervención temprana se asocia con mejores resultados en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas en los niños con TEA. La unidad de Neurodesarrollo del Virgen Macarena, con su extensa trayectoria de cuatro décadas, representa un observatorio privilegiado para estudiar estos cambios en los patrones diagnósticos.
Desafíos en el diagnóstico diferencial
Uno de los aspectos más complejos que ha revelado el estudio del Virgen Macarena es la dificultad para establecer diagnósticos precisos, especialmente en casos limítrofes o cuando existen comorbilidades. El TEA puede presentarse junto a otras condiciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), trastornos del lenguaje, ansiedad o problemas de conducta, lo que complica el panorama diagnóstico.
La investigación señala la necesidad de protocolos estandarizados que contemplen esta complejidad. Como apunta el equipo investigador, el diagnóstico no debe limitarse a identificar la presencia o ausencia de TEA, sino que debe proporcionar un perfil detallado de fortalezas y dificultades que oriente intervenciones personalizadas.
Implicaciones para el sistema sanitario
Los hallazgos de esta investigación plantean importantes desafíos para el sistema sanitario. El incremento en la detección de casos de TEA implica una mayor demanda de servicios especializados, tanto en el ámbito diagnóstico como terapéutico. Asimismo, la identificación cada vez más temprana requiere recursos adaptados a intervenciones en edades muy precoces.
La unificación de criterios diagnósticos que propone el estudio no solo beneficiaría la precisión clínica, sino que facilitaría la coordinación entre diferentes niveles asistenciales y especialidades médicas. Esto resulta especialmente relevante considerando que los pacientes con TEA suelen requerir atención de múltiples profesionales a lo largo de su vida.
Este trabajo pionero del Hospital Universitario Virgen Macarena representa un avance significativo en la comprensión del TEA en nuestro país y sienta las bases para el desarrollo de mejores protocolos asistenciales. El análisis de cuatro décadas de datos clínicos proporciona una perspectiva única sobre la evolución del diagnóstico y manejo de este trastorno, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
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