LA luz aparece en todos sus libros de fotografía. Ramón León (Sevilla, 1949) tiene el más completo acervo gráfico de paisajes y fiestas de Andalucía. Mañana se clausura en Almonte su muestra Rocío: Jubileo de Luz.

-¿El mes menos festero de Andalucía?

-Noviembre, el mes que nací.

-¿Andalucía es la España superlativa que atrajo a Hemingway?

-Siempre me han atraído las raíces de las cosas. Es lo que me llevó a la Semana Santa y al Rocío.

-¿Cómo surge su vocación?

-Yo hacía fotografías para pintar. Un día, un compañero de promoción en Bellas Artes, Ahmed ben Yessef, trajo un cuadro titulado Sonrisa de Tetuán. Era casi una abstracción.

-¿Cómo forja esa mirada?

-Después de un breve destino como profesor en Las Palmas, con 23 años saqué la plaza de catedrático de Dibujo en El Puerto de Santa María. Desde allí descubrí los pueblos blancos: Villamartín, Algodonales, Ubrique, Grazalema, Alcalá de los Gazules. Así surge el libro Cádiz: Sierra de Luz, con texto de Caballero Bonald.

-¿Cómo lo 'ficha'?

-El primer contacto fue a través de Sevillana Endesa. En 1996, preparando el libro, alquilé un chalé cerca de donde él veraneaba en Sanlúcar de Barrameda y lo íbamos haciendo sobre la marcha. Es muy fácil trabajar con gente genial y humilde.

-Como fotógrafo, tiene don de gente para sus textos...

-A Antonio Gala lo conocí cuando él presentaba un libro en El Corte Inglés. Me hizo el prólogo para Alpujarra: Fuente de Luz. A Muñoz Rojas le dio mucha vida colaborar en el libro Guadalhorce: Chorro de Luz.

-El texto del catálogo de Almonte es de Manuel Clavero...

-Lo conocí en la Universidad, con la que colaboré, tanto becado como en investigaciones con Isidoro Moreno. Clavero hizo el texto del libro Luces de Andalucía, una exposición itinerante que estuvo en el 92 en todas las capitales andaluzas. Coincidí con él en la época en que fundó el PSLA (Partido Social Liberal Andaluz).

-¿La luz es palabra-fetiche?

-Al principio pintaba cosas muy oscuras, en la línea de las pinturas negras de Goya. Hace poco estuve en el Thyssen y vi un cuadro de Ribera lleno de tenebrismo. La luz no se entiende sin la oscuridad, se apoyan una a otra.

-¿Con quién hace el camino?

-Cuando lo descubro, fue una borrachera de los sentidos. Los amaneceres, los atardeceres. No hay nada más dinámico. Los pinares. Las dunas. No he hecho el camino con ninguna hermandad. Llevo treinta años yendo solo en un todoterreno con permiso para poder entrar por el Coto.

-¿Pasó de la oscuridad de Goya a la luz de Velázquez?

-La tesis la hice sobre la luz en la fotografía.

-¿Su primera luz?

-La de Triana, donde nací, aunque soy hijo de militar y nos fuimos al Tiro de Línea.

-¿Le marcó la ascendencia?

-Mi padre era de Ingenieros, controlador de vuelo. La mili fue provechosa. En el campamento en Cerro Muriano, el sargento estaba acabando Arquitectura y le ayudaba en el levantamiento de planos. Me destinaron a Topografía, en la Plaza de España, y en la encerrona de las oposiciones me tocó un tema de topografía.

-Para un fotógrafo itinerante, ¿es un inconveniente que la Semana Santa sea en las mismas fechas en toda Andalucía?

-Decidí que tenía que conocer otras Semanas Santas. Las de Antequera y la Subbética cordobesa, Cabra y Lucena, son impresionantes. La de Sevilla está influenciando mucho en la estética de otras ciudades andaluzas.

-¿Una fiesta para no perderse?

-La de moros y cristianos de Gergal, en Almería.

-¿Campo o ciudad?

-La ciudad la toco poco. Llegué a comprarme una casa en el campo, en Sanlúcar de Barrameda.

-¿La fotografía es un arte o una técnica?

-En los años noventa empezó la fotografía digital, yo trabajaba con diapositivas, donde el margen de error era mínimo. Lo dejé un poco parado hasta que descubrí que con el Photoshop podía utilizar mis recursos de pintor.

-¿Las fotos que llegaron más lejos?

-Quizás las de las Alpujarras. Fueron libro de protocolo en la Expo y los Juegos de Invierno de Sierra Nevada.

-Brenan vino a España por las Alpujarras...

-Yo he estado casi veinte años pasando las Navidades en el valle del Poqueira.