La última operación antiyihadista desarrollada en Sevilla se produjo unos días antes de la Navidad de 2021. El 20 de diciembre de ese año, la Guardia Civil detuvo en la calle San Blas, en la zona norte del casco histórico de la capital andaluza, a un ciudadano pakistaní que había hecho presuntamente apología del terrorismo en las redes sociales. 

La operación la llevó acabo el Servicio de Información del instituto armado, que desplazó a sus agentes desde Madrid hasta Sevilla para practicar la detención. Lo hizo siguiendo las órdenes del juzgado Central de Instrucción número 5 y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. El sospechoso ingresó en prisión provisional. 

La investigación se inició tras detectar a un usuario en una conocida red social que realizaba "una profusa difusión del mensaje del ideario yihadista" y de la que hacía un "uso innovador". Sus publicaciones hacían alusiones a atentados terroristas, con continuas referencias a sus autores y a la yihad violenta. En una de sus publicaciones hacía referencia al actor solitario Zaher Hassan, quién protagonizó un atentado terrorista en septiembre de 2020, atacando a dos personas con arma blanca en Francia, bajo el convencimiento de que eran trabajadores del semanario Charlie Hebdo.

La Guardia Civil, en el bloque de la calle San Blas en el que se produjo la detención.

El detenido en Sevilla era militante de una organización extremista asentada en Pakistán, la cual tiene una intolerancia extrema sobre aquellos asuntos percibidos como contrarios al Islam y pide que se ejecute a todos los presuntos blasfemos contra esta religión. Este tipo de narrativa, según la Guardia Civil, tiene un claro paralelismo con los argumentos que ofrecen los grupos salafistas yihadistas para inspirar acciones violentas, como el ataque perpetrado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo en respuesta a las caricaturas de Mahoma, planificado y ejecutado por miembros afines a la filial de Al Qaeda, AQPA.

Durante el tiempo que este individuo estuvo monitorizado, los investigadores observaron una constante deriva hacia la yihad violenta con una rápida radicalización, difundiendo en sus redes sociales publicaciones prototípicas del ideario yihadista. En estas se ha jactado de la "reconquista" talibán de Afganistán, declarando que era un primer paso de la toma de occidente.

El consumo y difusión de este material radical llegaron al sospechoso a participar en la denominada "yihad mediática", como se conoce el empleo continuo de redes sociales para la difusión de material justificando la violencia terrorista. Todas estas actividades pusieron en alerta a los especialistas de la Guardia Civil, que tras un exhaustivo análisis de los indicios encontrados durante la investigación, procedieron a apresar al sospechoso.

Un agente analiza el ordenador del sospechoso.

La Guardia Civil indicó entonces que la detección temprana de procesos de radicalización en el ámbito del terrorismo yihadista supone a día de hoy "uno de los mayores retos investigativos a los que se enfrentan las fuerzas y cuerpos de seguridad por la importancia y riego que puede generar para la seguridad de la ciudadanía de España".

Desde la elevación al nivel 4 de Alerta Antiterrorista el 26 de junio de 2015, la Guardia Civil ha potenciado todos los dispositivos operativos y líneas de investigación relativas a la amenaza terrorista, especialmente aquellas sobre individuos inmersos en un proceso de radicalización que pueda desembocar en el desplazamiento a zona de conflicto o en la comisión de acciones terroristas en los países de residencia.

Este hombre fue el tercer supuesto yihadista detenido en Sevilla, o relacionado con esta ciudad, en los últimos cinco años. En la primavera de 2019 fueron detenidos otros dos jóvenes marroquíes que contactaron con el Estado Islámico y que planeaban cometer un atentado durante la Semana Santa.