Cádiz CF - Sevilla FC

Análisis Cádiz-Sevilla: Van a marear a los jugadores...

Chris Ramos, protagonista en el partido, controla ante Soumaré.

Chris Ramos, protagonista en el partido, controla ante Soumaré. / Julio González

En marzo de este año, el Sevilla dio un giro en su modelo al finiquitar a Sampaoli por varias razones de gestión y de resultados, pero sobre todo por una futbolística: la idea obsesiva de sacar el balón jugado desde la zona de iniciación se traducía en aparatosos regalos que costaba goles y derrotas. Todos recordarán lo mal que lo pasaron futbolistas como Bono o Joan Jordán.

Se giró 180 grados en busca de un técnico que limpió la cabeza de los jugadores y logró, precisamente desde su arranque en Cádiz, resultados, aunar una idea y hasta trajo una copa europea con la máxima de no complicar atrás, hacerlo todo más sencillo –hasta el discurso– y llegar lo más rápido posible arriba. Ahora, el nuevo cambio buscado ha significado otro borrón en la pizarra, de nuevo cambiar la idea y volver a sacar la pelota con limpieza.

Diego Alonso llegó proclamando que iba a aprovechar lo bueno que había dejado su antecesor, pero si algo había logrado éste era cortar esa sangría de suicidios absurdos. Se trataba de darle una vuelta de tuerca al ataque estático, encontrar más registros a través de automatismos que simplificarlo todo con centros en busca de En-Nesyri. Pero no complicarlo otra vez todo en la fase de iniciación. Eso se suponía que ya estaba superado.

Ahora, parece que el Sevilla vuelve al punto de inicio, aunque también es cierto que hay que tener confianza, que se intentan otras cosas, pero la realidad es la realidad y es irrefutable: el Sevilla regaló en Cádiz dos goles en salida de balón, uno con un regate que sobraba de Lukébakio y otro en un pase al contrario de Sergio Ramos tras recibir del portero en el área pequeña.

Defensa

Sin En-Nesyri en el once, la presión arriba es menos eficiente, aunque la consigna no fue tan clara y el equipo retrocedió bastantes metros la primera línea de presión. Eso evitó que hubiera transiciones por parte del Cádiz, ya que la defensa trata de situarse muy arriba.

Soumaré barre con criterio y está atento. El sistema defensivo mejora con él con respecto a Fernando y en eso no hay problema. El partido además fue muy tenso y el equipo en eso dio la cara.

Pero, al menos ayer, el error está en esa nueva idea que, ante la pérdida, es difícil o casi imposible de defender porque con el equipo en despliegue y los laterales abiertos un mal control o un mal pase pone en bandeja el gol al rival.

Ataque

El futbolista puede estar confundiéndose con tanto cambio contradictorio de modelo. Rakitic se quejó de algo de eso al finalizar el partido y en caliente. El Sevilla parece querer chocarse de nuevo con la misma piedra. Si no se tienen los futbolistas idóneos para una determinada manera de progresar en el juego, pueden volver a surgir las dudas.

En ataque estático es donde el equipo sí debe mejorar y ahí sí lo está haciendo, aunque el partido de Cádiz no fuera el más prolífico en variedad de registros y jugadas acabadas.

Virtudes

La reacción. Otra vez.

Talón de Aquiles

Otro cambio que crea confusión.

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