Atlético de Madrid-Sevilla | La previa

Atlético-Sevilla: Sobrevivir sin Fernando

Alex Telles, ante Joan Jordán y con Tecatito al fondo, volverá a ser central de parche.

Alex Telles, ante Joan Jordán y con Tecatito al fondo, volverá a ser central de parche. / Juan Carlos Muñoz

Terminó febrero de la forma más fea e inesperada, con esa derrota ante el Osasuna en Nervión que fue un desagradable jarro de agua fría para un equipo y una afición que empezaban a asomar la cabecita por la espita de la esperanza. Y empieza marzo de la peor forma posible también, con una desagradable vista en los juzgados y el Sevilla acudiendo a uno de sus estadios malditos y sin uno de sus pilares de la última época. Jorge Sampaoli, como le ocurrió a Julen Lopetegui hace un año, se queda sin Fernando, en esta ocasión por esos exabruptos que les soltó al árbitro Pulido Santana y a su asistente y ante los que podría decirse que hasta fue clemente el Comité de Competición, que aplicó lo mínimo en este tipo de infracciones.

Y ahí va el Sevilla, al Wanda Metropolitano, a tratar de sobrevivir sin Fernando y con la fea amenaza de que se puede constreñir el escueto colchón con la zona de abajo y de que marzo se presenta con varios partidos ante rivales directos en los que tampoco estará el trascendental y polivalente futbolista brasileño. Y lo hace además el equipo de Sampaoli después de su caótica imagen ante el Osasuna y para tratar de hincarle el diente a un Atlético que en los últimos partidos ha vuelto por sus fueros, es decir, ser un equipo súper competitivo que encaja muy pocos golpes y, en contraste, golpea bien fuerte.

Onces posibles. Onces posibles.

Onces posibles. / Infografía / E.F.

El Metropolitano, territorio hostil

El panorama, desde luego, es poco halagüeño, pues sólo cuando este Sevilla tan formidable del siglo XXI ha estado en una línea de creciente estabilidad, con mucha confianza y seguridad en sí mismo, ha logrado empatar en el feudo del Atlético de Madrid. Aunque recientemente también hay un precedente de un partido con similares nubarrones previos, aquella cita copera en la que nadie daba un duro por el Sevilla de Montella, y acabó sorprendiendo al equipo de Simeone para eliminarlo y plantarse después en la final, aunque, malhadado estadio, sería para perder de forma aparatosa ante el Barcelona en este mismo Wanda Metropolitano tan huraño.

Pero este Sevilla no está para mirar antecedentes, estadísticas históricas ni posibilidades matemáticas. Lo primero es reencontrarse después de ese paso atrás que dio ante el Osasuna, cuando se hizo un harakiri de difícil asunción, en un momento que parecía idóneo para dar un salto hacia delante, y no hacia atrás. Sampaoli achacó aquella durísima derrota a la "desorganización", a la "desesperación" de un grupo contagiado por esa situación de continua incertidumbre que mana del entorno del club, de la grada, de la lucha accionarial también. El argentino no quiso enjuiciar la vista en el Juzgado de lo Mercantil que tuvo lugar en Viapol antes de su comparecencia. Pero sí dejó claro que no cree "que estas fracturas ayuden".

Otra vez con un solo central 

Todo ese ruido se une a la situación de un equipo que sigue teniendo un solo central específico, y tampoco es que sea un reloj suizo de precisión y garantía. Nianzou, en el actual contexto, siembra más incertidumbre que certeza, aunque si estuviera mejor rodeado seguro que mostraría prestaciones muchísimo más esperanzadoras. Pero no es así y de nuevo Sampaoli tendrá que parchear la defensa escoltando al joven y espigado central francés con Gudelj y Alex Telles, que fue citado ayer por Brasil, seguramente no como central... Mientras que el mediocampo sigue adoleciendo del empaque del que lo privó la necesidad de retrasar a Fernando al eje de la zaga. Aquello de desvestir un santo para vestir a otro, pero ya sin siquiera santo en el altar.

Enfrente estará un Atlético que ha recuperado su son y del que Simeone elogió la velocidad a la que se asocian con el balón sus futbolistas, por mucho que Simone lamente las bajas de Nahuel Molina, Reguilón, Reinildo –esta sí es de gravedad–, De Paul ni Correa, que además ha abierto con su expulsión una polémica que puede influir en el partido. Todas esas bajas son agua de borrajas comparadas con las que tiene este Sevilla que debe aprender a sobrevivir sin Fernando... y con un solo central. Eso sí que es un reto.

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