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El Celta vuelve con Unzué a su tendencia a imitar el modelo Barça y empeora los resultados del trienio Berizzo

Se cae en las segundas partes

Juan Carlos Unzué, dirigiendo un partido del Celta en la presente temporada.
Juan Carlos Unzué, dirigiendo un partido del Celta en la presente temporada. / José Manuel Vidal / Efe
J. A.

18 de noviembre 2017 - 07:31

Quitando el trienio Berizzo, las miradas al modelo del Barcelona en los últimos años han sido muy evidentes. Primero con Luis Enrique y ahora con Juan Carlos Unzué, está claro que el Celta, lejos de apostar por una identidad propia, quiere importar un tipo de juego totalmente externo, artificial y discutiblemente amoldable a la realidad de una entidad como la viguesa y a la del fútbol.

En el mercado, el vivero de Dinamarca tampoco cesa. Antes con Torrecilla, ahora con Miñambres... sólo el tiempo de Berizzo sirvió para que el fútbol chileno también tuviera su cuota de protagonismo en los fichajes. Y todo mientras dispone de una de las canteras que mejores frutos está dando en los últimos años y en la que no acaba de confiar, como se ha demostrado con la decisión de ceder a Borja Iglesias al Zaragoza (estuvo cerca de venderlo al Barça) y confiar en Maxi Gómez para la primera plantilla. Ahora, el Celta se plantea vender al uruguayo a China después de que no haya colmado las expectativas. Con menos movilidad que Guidetti, su estatismo también afecta a Iago Aspas, que se entendía mejor con el sueco y que se siente obligado a jugar en la derecha.

Es una de las realidades con las que se ha topado Unzué, un entrenador que ha comprobado cómo el idílico modelo del Barcelona no puede ser en todos los casos extrapolable a otros equipos, mucho menos con los recursos del Celta.

sin balón

Con la inercia de tres años con la presión bielsística de Berizzo, volver al modelo zonal está costando. Al Celta le cuesta recuperar el balón y sufre, sobre todo en las segundas partes, en las que ha habido partidos en los que no ha sabido mantener su ventaja. Estrucurado con un invento como Lobotka de sostén, las ayudas que reciba pueden ser fundamentales pues no es Radoja, y esa continuidad depende de Hernández y de Wass, un jugador que tiende a proyectarse más en ataque que en defensa. Cuando ello ocurre se traduce en un déficit defensivo que se siente en la última línea y en partidos descontrolados y goles en contra.

con balón

La idea de salir desde atrás -el marcado sello Barça de Unzué- ha generado no pocos incendios. En teoría, Fontàs es el central para sacar el balón, pero ha habido partidos en los que no ha estado fino y el recurso final suele ser el balón atrás al portero para lanzar en largo. Una vez superada la primera línea de presión, arriba el buen olfato de Maxi Gómez tiene el peaje de su menor contacto con el balón, lo que repercute en Aspas y en la llegada de los segundas líneas (Wass, Jozabed o Sisto).

lo mejor

Buena ejecución de la estrategia ofensiva (curiosamente es deficiente la defensiva). Sólo superado por la Real Sociedad (William José), es el segundo equipo con más acierto en córners y ha marcado 7 goles de 24 de cabeza.

lo peor

Baja el nivel competitivo en los tramos finales de partido. Le remontaron Betis, Real Sociedad y Atlético y ha perdido 9 puntos a partir del minuto 75. A favor, marcó 16 antes del descanso y 8 después.

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