TENEMOS plato fuerte esta noche con balón por medio en el Bernabéu y mañana en el Juzgado Mercantil Nº2 de los de Sevilla. Veinticuatro horas trepidantes con final incalculable, pues si todo Madrid-Barça es de pronóstico incierto, lo de mañana es de una importancia capital para el devenir del Sevilla Fútbol Club. Y si esta noche será la buena maña con el balón lo que decida, mañana todo está pendiente de la decisión de un juez.

Si su señoría accede a la petición de José María del Nido, Pepe Castro dejará ipso facto de ser presidente del club. Como puede comprobarse, verdes las siegan y el momento es de una importancia trascendental para un club que mira aterrado la cercanía de esa hoguera que es el furgón de cola de la tabla. ¿Es el momento más oportuno para estas tribulaciones? No lo sé, pero es el que es y para la actual gobernanza juega muy en contra la calamitosa actuación del equipo.

La sensación de anarquía que da el club en todos sus estamentos, salida de tono de Fernando y actitud de Acuña rechazando de forma estentórea el papelito de Sampaoli, juega a favor del presidente que sacó al Sevilla de la mediocridad para instalarlo en una Arcadia indudablemente feliz. Pero tampoco puede obviarse de ninguna manera la labor de Castro, tanto al lado de Del Nido como luchando contra el fuego incesante que le lanza su anterior compañero de viaje.

Y como soplo de aire fresco y meramente futbolístico tenemos lo de esta noche en el coliseo de la Castellana. Reciente el 3-1 de los azulgrana en la Supercopa junto a los siete puntos de ventaja en Liga, lo de hoy es otra historia sin nada que ver con el pasado. Un plato como pocos y que llega con ciertas connotaciones salvíficas en un fútbol tan embrollado en la casa culé. Fútbol y sólo fútbol en la pradera madridista y otras tribulaciones mañana en cierto juzgado de Sevilla.