Cuidado, que Vinícius viene mañana

Desde mi córner

La tempestad creada en torno al brasileño ha sido tanta que obliga a tomar precauciones

ASUNTO ciertamente grave, pero su repercusión se antoja desmesurada. Me refiero al penoso incidente acaecido en Mestalla entre aficionados impresentables y el formidable futbolista Vinícius, al que la hagiografía reinante le llama simplemente Vini. Asunto de tremenda repercusión que ha llegado al ecumenismo con refilonazos a la imagen de un pobre país aún llamado España que ya carga con una nueva Leyenda Negra.

Con la complicidad de los antisistema que horadan cada día un poquito más la honorabilidad de este país, el mundo clama contra España y lo califica como un país racista. El último dato a resaltar fue el plebiscito que el carioca recibió en el Bernabéu. En vez de en la yerba fue en el palco donde el madridismo le rindió vasallaje. Sentado junto a Florentino Pérez, el hombre que promete mano dura para quienes osen mancillar a sus futbolistas, Vinícius fue el hombre del día, o del año.

Del día y de muchos días, pues los círculos concéntricos se extienden por todo el orbe. Con la Brasil del populista Lula bajo la pancarta viviendo manifestaciones de repulsa, el nombre de España está siendo vejado desde la mismísima Moncloa y esas son palabras mayores. Un país que se ha convertido en cuenca receptora de inmigrantes de toda laya está en tenguerengue, que cuando no es por el Descubrimiento de América taimadamente contado es ahora por el presunto racismo.

Nadie dice que los insultos al brasileño son más hijos del miedo a que le marque a tu equipo que por el color de su piel. El color es una excusa para el insulto y se da la circunstancia de que es mucho más grave insultar a un negro que llamar cabrón o hijodeputa a un blanco. El insulto, cualquier insulto, es grave per se y es injusto que se culpe a un colectivo, o a todo un país, por la reacción cerril de algunos de sus componentes, conque cuidado porque mañana viene Vinícius.

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