Sevilla - Granada | Contracrónica

De Jong se unió al cumpleaños

  • El holandés firma su mejor partido, siendo clave en el inicio del ataque, marcando y presionando, justo cuando el club celebraba su 130 aniversario

De Jong es abrazado cariñosamente por Jesús Navas ante Nolito, Fernando y Diego Carlos.

De Jong es abrazado cariñosamente por Jesús Navas ante Nolito, Fernando y Diego Carlos. / Antonio Pizarro

Si hubiera habido una tarta de cumpleaños para celebrar el 130 aniversario de la fundación, o del origen, del Sevilla, retranqueado hasta el 25 de enero de 1890 por las laboriosas investigaciones de los historiadores del club, De Jong habría soplado las velas. El fútbol y sus vaivenes. El delantero holandés ha sido foco del debate en el sevillismo, también en la prensa deportiva, desde su llegada este verano, con algunas simas como su noche negra en el Camp Nou. Y alguna cima aislada como la del derbi. Sin embargo, ante el Granada, hasta los más críticos con su fichaje tuvieron que rendirse a la evidencia de su partidazo en la fría y noche húmeda de enero.

De Jong presionó, como siempre, pero en esta ocasión también desahogó por arriba y por abajo, inició muchos ataques y marcó el 1-0, con un remate por la escuadra tras una soberbia jugada y un no menos espectacular centro de Jesús Navas. En la segunda mitad, además, sostuvo al Sevilla cuando más apretaba el Granada en su vano intento de reacción. Era un día de cumpleaños y no había quien le estropeara la celebración al holandés. Hasta el VAR pareció unirse a su felicidad, en contra de lo ocurrido una semana antes.

Lo del Santiago Bernabéu fue como una especie de prólogo de lo que sucedió ante el Granada. A De Jong le anuló Martínez Munuera, injustamente, un golazo, también de cabeza y también por la escuadra, y eso dio vida al Real Madrid. En las tribunas capitalinas airearon un nuevo concepto casi ajeno al fútbol, el bloqueo, para justificar la anulación de aquel gol. Luego se resarció con otro buen tanto con la pierna izquierda, que no valió para el triunfo sevillista. Parecía que el gafe seguía acompañando al holandés. Pero su perseverancia, su fe en su fútbol, muchas veces poco estético, y la confianza a veces absolutamente contra corriente que en él ha tenido siempre Julen Lopetegui terminó dando sus frutos. La mejoría mostrada por el futbolista en este inicio de año tuvo la guinda del encuentro ante el Granada. El año 2020 tiene otro aire para el holandés.

En ese fútbol vertical, acelerado, de alto ritmo desde el inicio de las jugadas, con Óliver Torres como nuevo galvanizador del juego del Sevilla, tuvo mucho que ver De Jong con sus prolongaciones, sus aperturas a un toque, su omnipresencia en los tres cuartos o en la corona del área para mantener alta la presión sobre la salida del Granada. Y la jugada del 1-0 seguramente estaría en la mente de Monchi cuando lo firmó: demarraje en conducción de Óliver Torres, profunda apertura a Jesús Navas, apoyo en Ocampos, que le da continuidad a la jugada con un taconazo, y centro soberbio del palaciego al que responde De Jong imponiéndose a todos en el área.

Justo cuando el Sevilla está acelerando más su juego, haciéndolo más vertical, más al espacio, parece que el holandés le empieza a coger el aire a ese tipo de fútbol, mucho más profundo y menos plano que el del manejo de la pelota, de banda a banda, con pocos desmarques de ruptura y escaso riesgo en los pases adelantados. Cosas del fútbol, con su eterna exposición a la crítica de todo el mundo. En un día tan señalado, por la conmemoración del pasado, De Jong abrió una nueva ventana al futuro. Que no sea flor de un día, desearía al soplar las velas.

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