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Del Nido, el mando sin pilas y el derecho de las minorías

José María del Nido se vuelve a su hermano Óscar entre sus hijos Miguel Ángel y Adrián, al llegar a Fibes.

José María del Nido se vuelve a su hermano Óscar entre sus hijos Miguel Ángel y Adrián, al llegar a Fibes. / Antonio Pizarro

José María del Nido perdió la Junta General de Accionistas del Sevilla por detalles técnicos tanto jurídicos como societarios. El máximo accionista apostó por la batalla jurídica, desde el inicio de esta guerra lo ha venido haciendo con sus requerimientos notariales y sus demandas para romper el pacto de gobernabilidad. Pero este está vigente mientras un juez no diga lo contrario. Y a ello se agarró José Castro, que sacó adelante la Junta sin prohibir, stricto sensu, el voto de Del Nido, como este y su abogado esgrimieron. Estos cayeron en un callejón sin salida por dos aspectos: el pago de indemnizaciones si incumplía el pacto de gobernabilidad y el derecho de representación de las minorías.

Fue muy llamativa la alocución ante la prensa del máximo accionista tras la Junta, que duró apenas dos horas y media, desde las seis y media hasta las nueve, mucho menos de lo esperado: los aspectos técnicos sociojurídicos se impusieron al debate dialéctico propio de estas asambleas.

Del Nido aseguró, en una frase que contenía tanta ironía como medias verdades, que le habían dado un mando electrónico para votar sin pilas. "Como no votas, computa como abstención, yo qué sé, si no podía darle al botón". Obviamente, si esto hubiera sido así lo habría denunciado a viva voz, aun sin micrófono, durante la Junta para que tomara acta el notario José Antonio Rey Jiménez, al que se dirigió en muchas ocasiones: "Sólo quiero dejar constancia mi protesta para que el señor notario tome nota de que no se me ha permitido votar en esta Junta de Accionistas, a los efectos que procedan", dijo tras la votación del punto seis del orden del día: la remoción del consejo de administración.

En realidad el mando de Del Nido sí funcionaba, claro que sí. No habría cometido esa torpeza la mesa de la Junta, presidida por Castro. Pero el máximo accionista estaba atado por el pacto de gobernabilidad. Antes de cada votación, Castro anunciaba su manifiesto de poder: "El presidente y el vicepresidente alinearán su voto en este punto".

Ahí es donde Del Nido era atado, como si le diera calambre el mando para votar, porque fue el que nombró a José María del Nido Carrasco como representante de su parte en el pacto de gobernabilidad, que obliga a las dos partes a votar en el mismo sentido si el voto está alineado entre presidente y vicepresidente, so pena de gravosas penalizaciones monetarias. Es decir, si Del Nido hubiera ejercido su voto en contra se le habrían reclamado esas indemnizaciones tan sustanciosas

Del Nido habla con su abogado, José Manuel García Quiles, durante la Junta del Sevilla. Del Nido habla con su abogado, José Manuel García Quiles, durante la Junta del Sevilla.

Del Nido habla con su abogado, José Manuel García Quiles, durante la Junta del Sevilla. / Antonio Pizarro

La abstención, el no voto de Del Nido, se produjo en todas las votaciones, con matices. De hecho, no votó en contra de las cuentas del club, deficitarias, que fueron su gran argumento -"las cuentas del club son ruinosas"- para su asalto al poder y su propuesta de un nuevo proyecto para cambiar el Sevilla hasta que "tiemblen los cimientos del Sánchez-Pizjuán". Tampoco votó contra la gestión del consejo, al que quería remover por su "ruinosa" administración del club. Con un matiz, sí es cierto que en el punto 6, el referido estrictamente para la remoción del consejo, una gran parte de sus acciones no podían votar técnicamente, por el derecho de representación proporcional de las minorías

El resultado de la votación del punto 6, la destitución íntegra del consejo propuesta de los Americanos, que delegaron su voto y su representación en la Junta en Del Nido, fue votado a favor sólo por el 0,51% de las acciones presentes en la Junta. Mientras que a favor de la continuidad del consejo, o sea, no a esa remoción del consejo, votó el 77,01%. Hubo un 1,7% de votos en blanco y un 20,8% de abstenciones.

Las cuentas fueron aprobadas por el 54% del capital social presente en la Junta, con el 45% de abstenciones y el resto, mínimos porcentajes de votos en contra y en blanco. Ahí no votó Del Nido, aunque pudo hacerlo. Tampoco lo hizo en el punto 3, el de la gestión del consejo: salió adelante con un 52% de votos a favor y un 46,7% de abstención, con mínimos votos en contra o en blanco.

El derecho de representación proporcional de las minorías

En el punto 6, Castro recordó que aquellas acciones que fueron agrupadas en su día para tener representación en el consejo, según el derecho de representación proporcional de las minorías -recogido en el artículo 243 de la Ley de Sociedades de Capital y definido en el Real Decreto 821/1991, de 17 de mayo- no podían votar para destituir a otros miembros del consejo, tampoco para nombrarlos si se hubiera dado la destitución. Y ahí sí que automáticamente se vieron bloqueadas las acciones de Del Nido en el "mando sin pilas".

Porque Del Nido, antes de la Junta de 2018, se acogió a ese derecho para tener representación en el consejo agrupando entre acciones de su titularidad y de otros accionistas minoritarios unas 31.900 acciones, con las que nombró a tres consejeros: José María del Nido Carrasco, Enrique de la Cerda y la sociedad Nervión Grande S.L., primero representada por Miguel Ángel Del Nido Carrasco y luego por José María Manzano.

Actualmente, los tres consejeros teóricos de esa minoría son Del Nido Carrasco, ahora alineado con Castro en esta guerra, Enrique de la Cerda y José María Manzano. Ninguno de ellos pudo votar ese punto seis. Es decir, que los tres tuvieron bloqueado el mando electrónico para votar por esas acciones. Igual que las acciones (no todas) de Del Nido que fueron agrupadas en esa minoría en 2018. De ahí que la abstención bajara hasta el 20% en esa votación, mientras que se mantuvo por encima del 40% en las otras. Es decir, que el punto 6 sólo lo pudieron votar 59.400 acciones de las 91.331 que estuvieron representadas en la Junta. El resto, las 31.900 que en su día agrupó Del Nido, no pudieron votar. A éstas sí se les agotaron las pilas del mando...

Lo cierto es que, pacto de gobernabilidad al margen y mirando los resultados de las votaciones, Del Nido habría perdido la Junta pese a su alianza con los Americanos. De hecho, aseguró que entre sus acciones y las de 777 Partners -cuyo voto, delegado en Del Nido, tampoco fue ejercido- sumaba unas 34.850 acciones según dijo al principio de la Junta, sobre 91.331 representadas en la Junta. Pero Castro y su grupo optaron, aun a sabiendas de que tenían más acciones a su favor, máxime tras el desplante que intentó el máximo accionista al tratar de impugnar el voto de los minoritarios Accionistas Unidos, por apoyarse en la vigencia del pacto de gobernabilidad. Y que, ya fuera de la Junta, los jueces decidan si tiene vigencia legal ese pacto o no. Ya se verá. El 15 de diciembre es la vista en el Juzgado de lo Mercantil número 3 para ello.

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