Real Madrid-Sevilla | La crónica

Distinto guión, idéntico final para el Sevilla en el Bernabéu (1-0)

  • Un gol de Modric en el minuto 81 acaba con la buena defensa sevillista y provoca la queja por la posición antirreglamentaria de Rüdiger en el centro previo 

  • Los nervionenses quisieron calcar el 0-0 de una semana antes en Valencia, pero era casi imposible sumar 180 minutos defendiendo sin recibir ningún tanto

  • Así le hemos contado el Real Madrid-Sevilla

Distinto guión, idéntico final para el Sevilla en el Bernabéu (1-0)

Distinto guión, idéntico final para el Sevilla en el Bernabéu (1-0) / Europa Press

Fin a la buena racha del Sevilla de Quique Sánchez Flores. Los sevillistas, como era previsible, cayeron en el Santiago Bernabéu, la película, pues, fue prácticamente la misma en su desenlace, aunque la verdad es que el guión fue muy diferente esta vez y, al menos, los visitantes fueron capaces de competir para pelear por no salir derrotados contra el Real Madrid. Sí respondió a lo que siempre se escribe habitualmente en semejante rodeo la concesión del gol de Modric. La posición de Rüdiger parece clarísima de fuera de juego, pero aquello ya no era posible, que el VAR anule allí dos goles a los locales es demasiado y todos se inventaron que no existía ninguna influencia por parte del central alemán. Si ellos lo dicen, que no forzó el despeje de Badé, pues convengamos en que el reglamento es diferente para unos y otros. En fin, nada nuevo allí.

Como también fue diferente en las tarjetas finales de ese cuarto árbitro que tuvo que sustituir a Díaz de Mera por la lesión de éste. Mientras los sevillistas las veían con facilidad, Fede Valverde le hizo un placaje, alto, de rugby, de esos que son sancionados con diez minutos de castigo al infractor, a Soumaré. Pero ahí no merecía una tarjeta amarilla, cabe suponer que porque llevaba el escudo del Real Madrid en su camiseta. Pero da igual, es la eterna canción mientras se editan vídeos en la televisión del club en los que seguramente meterán hasta un fuera de banda errado, porque otras cosas es complicado.

Aparte de esos episodios que son consustanciales en el Santiago Bernabéu para todos los equipos de LaLiga española y también para los que se enfrentan a ellos en la Champions, no sólo para el Sevilla, conste, lo cierto es que el riesgo de jugar defensivamente más de 180 minutos consecutivos y no encajar ningún gol entraba dentro de lo onírico. Por una sencilla razón de probabilidad, alguna vez tenía que llegar un pequeño error o una acción con la fortuna al contrario y ahí se rompería el cántaro de la ultradefensa.

Porque el Sevilla había sido capaz de salir indemne de Valencia la anterior jornada y ésta lo rozó también, pero Modric, con su acertado disparo acabó con las ilusiones de Quique Flores y de todos los suyos. Después llegó una clara opción de Kike Salas en el remate de un córner botado por Suso, pero ya era demasiado tarde para recuperar lo que se le había escapado a los forasteros (90'). Antes sí pudieron marcar En-Nesyri (8') e Isaac (52'), pero el primero remató fatal con la derecha y el segundo se topó con un paradón de Lunin.

Calco de Valencia

El Sevilla trató de calcar el partido de la jornada anterior en Valencia. Quique Flores sólo varió un futbolista y fue por la obligación de la lesión de Acuña. Pieza por pieza y ahí estaba Ocampos, que reaparecía y volvía ser utilizado por su entrenador como carrilero izquierdo, esta vez con muchas menos salidas ofensivas e infinitamente más defensivas en la pareja que formaba con Kike Salas por ese sector.

El cuadro nervionense, igual que en Mestalla, era un mecano perfectamente organizado, con muchas ayudas entre todos los futbolistas a la hora de proteger la portería de Nyland. Por ello, las recuperaciones en los intentos del Real Madrid de entrar por el centro eran continuas. Todos participaban en esa labor y siempre aparecía una pierna para tocar el balón y posibilitar el robo del balón por parte de él mismo o del compañero más cercano.

Para quienes aprecien esas cuestiones menos poéticas del fútbol y mucho más prosaicas, era un gustazo ver al Sevilla defender. Pudo encajar un gol, de hecho lo recibió Nyland en la llegada de Lucas Vázquez en una acción que sí pilló despistado a Ocampos, pero había existido una clara falta previa de Nacho a En-Nesyri, con un duro golpe en su tobillo, y la ayuda del VAR hizo que el tanto no subiera al marcador.

El Sevilla se había salvado bien prontito (9’), pero nunca acusó esa circunstancia, siguió igual de bien puesto y organizado sobre el campo y apenas permitió que el Real Madrid pudiera sorprenderlo. Sólo un disparo de rosca de Vinícius (31’) y un chute durísimo de Fede Valverde que obligó al lucimiento de Nyland (47’). El resto fueron minutos de absoluta tranquilidad para un Sevilla que se está acostumbrando a defender con criterio y, sobre todo, muchísimo orden.

Llegadas aisladas con peligro

Sí pareció que podía haber una ligera diferencia en lo referente al ataque cuando En-Nesyri tuvo una clarísima oportunidad en un pase de Isaac a En-Nesyri antes del gol anulado a Lucas Vázquez (8’). El remate para el marroquí era franco, pero lo hizo con su pierna derecha y se le fue bastante desviado el golpeo. Fue un espejismo, de cualquier manera, ya que a pesar de las buenas intenciones en el fútbol de toque y las combinaciones de calidad, el Sevilla no iba a volver a salir con verdadero peligro hasta el arranque de la segunda mitad.

Concretamente, un remate perfecto de Isaac en un pase de Ocampos (52’) acababa en un verdadero paradón de Lunin con su rodilla. El guardameta madridista había tapado perfectamente su portería, aunque también hay que ser justo y resaltar que justo tres minutos antes (49’) el Real Madrid también había podido adelantarse en un disparo de Fede Valverde al poste con Nyland absolutamente batido.

Hasta el córner rematado por Kike Salas ya con el 1-0 en el marcador no volverían a asustar los sevillistas. Y sí pudieron encajar el primero en múltiples llegadas del Real Madrid a pesar de la buena defensa que siempre desarrollaron los hombres de Quique Flores. Pero alguna vez tenía que ser, en 180 minutos es imposible conceder llegadas y no recibir ningún gol en contra.

Eso sí, los sevillistas tienen derecho a quejarse por la interpretación arbitral del fuera de juego Rüdiger. El alemán se quitó de la jugada sólo al final, antes fue al sitio al que se dirigía el balón y siempre se verá la botella medio llena o medio vacía, aunque estando el Real Madrid por medio la decisión no admitía ni la menor duda por parte del jovencito y de su ayudante en el VAR. Gol y ya está, no hay más que hablar.

Al Sevilla se le había roto el cántaro cuando ya estaba lleno de agua en los metros finales hacia el paraíso de la felicidad. Pero son los riesgos de defender y defender, el rostro se asemeja al de un tonto cuando marca el rival. Y más si es el minuto 81, es verdad que el guión fue diferente, pero el final es siempre el mismo para este Sevilla, pierde un año más en el Santiago Bernabéu, no hay otra.

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