Sevilla - Granada

Los jugadores del Sevilla, uno a uno: Papu contemporiza, Rafa Mir pega

Rafa Mir celebra el 3-2, después de que le anulasen el 3-1.

Rafa Mir celebra el 3-2, después de que le anulasen el 3-1. / Antonio Pizarro

Con un once bastante ofensivo comenzó el Sevilla de Julen Lopetegui, que necesitaba reencontrarse con el triunfo, algo que no conseguía en la Liga desde el 27 de febrero en el derbi. Y sufrió de lo lindo. El cariz ofensivo del once no tuvo recompensa, hasta que comparecieron Papu Gómez y Rafa Mir. 

Bono. De nuevo apariciones determinantes, con paradas trascendentes en momentos clave.

Jesús Navas. No dejó de intentarlo, una y otra vez, no siempre con el mejor criterio, pero fue fundamental y de un gran centro suyo llegó el 1-1. Echó de menos ayudas en defensa.

Koundé. Mejor con Diego Carlos que con Gudelj. En la segunda parte sufrió ante el defectuoso repliegue de la medular y no dio el pasito adelante para unir las líneas.

Diego Carlos. Se notó su ausencia en el tramo final. Impuso siempre autoridad, aunque salió en falso en el 0-1. Se retiró al sentir molestias.

Augustinsson. Trató de empujar, de percutir, pisó área, pero no se entendió bien ni con Tecatito ni con Martial y dos remates tuvo demasiado blandos.

Joan Jordán. Una de cal y una de arena. A veces ralentizó y otras veces dinamizó. Fundamental en el extraordinario pase del 2-1, un fallo midiendo mal una anticipación, propició la contra previa al 2-2 de córner. Muy bien mirando hacia delante, no tanto mirando hacia atrás.

Rakitic. Trató de hilvanar el juego cayendo a posiciones retrasadas, para el inicio de la fase ofensiva. A veces ralentiza demasiado y eso hace previsible el juego, pero también aportó como en la frialdad de la dejada del 3-2.

Ocampos. Calidad en el gol. Necesitaba algo así, que lo calmara, porque lleva un tiempo como peleado consigo mismo. No le salía nada, hasta que le salió.

Martial. En la mediapunta trató de ser una referencia, pero le costó un mundo que los compañeros entendieran sus movimientos o que él entendiera los de los compañeros. Optó por percutir por potencia, sin suerte.

Tecatito Corona. Le costó meterse en el partido en la izquierda. Pero nunca le perdió la cara y terminó siendo trascendental con esa ruptura al espacio en el 2-1.

En-Nesyri. Ahora mismo está en un momento oscuro. Sus carreras no tenían nunca frutos, ni sus controles, ni las paredes que iniciaba... Nada.

Lamela. Empezó en esa posición maldita en este Sevilla que es la mediapunta por dentro. Y ahí se perdió. En la banda contribuyó a mejorar el juego y fue clarividente en el 4-2.

Rafa Mir. Es el delantero más en forma. Tiene hambre y confianza. Fue el que más remató, hizo dos goles, uno anulado y pisó el área con determinación y criterio.

Papu Gómez. La ovación del estadio en su regreso estaba más que justificada. Su clarividencia y contemporización son más necesarias que nunca en este Sevilla ansioso y con falta de visión. Clave en el triunfo.

Gudelj. Iba a salir de medio centro, pero las molestias de Diego Carlos lo retrasaron a la zaga y tuvo problemas para fijar la línea y en las marcas.

Óliver Torres. Otro que está llamado a aportar más con su visión, como ocurrió en la parede con Lamela y el pase al Papu para el 4-2.

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