Previa Lazio-Sevilla

Roma como punto para volver a creer

  • El Sevilla de Machín necesita recomponer su figura ante la Lazio con el fin de ser otra vez ese equipo atractivo que tanto deslumbrara a los suyos

Pablo Machín, en el aeropuerto ante Carriço durante el viaje a Roma.

Pablo Machín, en el aeropuerto ante Carriço durante el viaje a Roma. / Juan Carlos Vázquez

El lejano 14 de febrero de 2019, cuando fueron sorteados los dieciseisavos de final de la Liga Europa allá por diciembre, ya es presente absoluto y el Sevilla se enfrenta a una de esas citas que pueden marcar una temporada. Al contrario que cuando salieron las bolas de un bombo nada afortunado para los nervionenses, pues las opciones eran muchas y de menor nivel, las cosas han cambiado tanto para ellos, en un momento de dudas total, como para el rival, esa Lazio que camina por la Serie A de este país con una trayectoria ascendente.

Son las cosas del fútbol y de los vaivenes que se van produciendo a lo largo de un ejercicio balompédico sin que muchas veces se sepa a ciencia cierta cuándo se producen esos puntos de inflexión. El Sevilla se montó ayer con destino a Roma sin ninguna certeza sobre su fútbol actual. Es más, en una exageración digna de la ciudad en la que está radicada la fe balompédica nervionense, se debate prácticamente hasta la capacidad del utillero para ejecutar con criterio su trabajo.

Alineaciones probables Alineaciones probables

Alineaciones probables / Infografía

Pero ésa es una constante en el fútbol de la contemporaneidad y bien haría Pablo Machín en saber lidiar con ella para seguir creciendo como entrenador. El reputado técnico soriano está haciendo un máster apresurado sobre cómo se vive este deporte en una ciudad tan pasional como Sevilla, un sitio en el que se pasa en poco menos de dos semanas de solicitar masivamente una renovación vitalicia de su entrenador a poco menos que requerir una intervención inmediata para destituirlo de manera fulminante. Son las consecuencias de una exageración constante, del análisis global después de cada partido concreto y, lógicamente, de los resultados que se producen cada semana.

Está claro que el Sevilla no pasa ahora mismo por su mejor momento futbolístico y el primero que es consciente de ello es el propio Machín. Los malos resultados, unidos a un juego infame, ante el Barcelona, el Celta e incluso el Eibar, aunque con los vascos lograran salvar un punto en un final de locura, han conducido a que todo se haya replanteado. Ya todos los expertos de las redes sociales y del entorno hacen verdaderos tratados sobre la idoneidad o no de esa defensa con tres centrales, de los carrileros y de todos los mecanismos tácticos que un técnico pueda estar utilizando a lo largo de toda su carrera.

Que si defensa de cuatro, que si no tener dos delanteros arriba desconectados, que si esto, que si lo otro. Todo eso, ni más ni menos, es lo que estará en juego esta tarde en el Estadio Olímpico de Roma, cuando arranque la eliminatoria entre la Lazio y el Sevilla. Y Machín, lógicamente, será quien deba tomar las decisiones que él considere oportunas en pos de reactivar el juego de los suyos. ¿Y qué hará el soriano? Pues no parecería lógico que abdicara tan pronto de sus ideas balompédicas, entre otras cosas porque éstas lo han llevado al éxito en la mayor parte de su carrera y, por tanto, lo más normal es que el cuadro nervionense se siga moviendo bajo los mismos parámetros en las líneas generales del equipo.

Otra cosa sería que pudieran producirse algunos cambios puntuales en los nombres propios. Por ejemplo, se analizan muchas cosas y se obvia una de las más importantes y ésta es la trascendencia brutal que tiene la presencia de Jesús Navas en el carril derecho de la zaga sevillista. Que esté o no el palaciego se ha convertido en algo fundamental para Machín, pues por ese costado se desahoga casi todo el juego del resto y sus compañeros, particularmente un Banega también muy criticado por su expulsión contra el Eibar, siempre saben que por allí habrá una vía para iniciar los ataques con un pase al costado. En definitiva, balón a Jesús Navas y éste ya se encargará de generar una superioridad sobre el rival y de hacerle daño.

Por ello, la recuperación total del palaciego sería fundamental para el crecimiento de este Sevilla en un mes de febrero que puede ser extremadamente trascendente para su futuro en el presente curso. Jesús Navas ha tenido hasta ahora una participación guadianesca debido a sus lesiones musculares, que ya han sido muchas debido a los problemas en el sóleo que arrastra, y muchos de los picos de rendimiento del equipo, en global, tienen que ver con el hecho de que él pueda ocupar el carril derecho o no.

De no surgir alguna sorpresa inesperada, parece que Jesús Navas será el titular en esta visita al Olímpico romano y por ahí se producirá un crecimiento, sin duda, en todo el equipo. Eso debería conducir a que Promes, tal vez uno de los futbolistas más en forma de la plantilla en estos momentos, jugara en la izquierda, tal y como ya lo hiciera el pasado domingo contra el Eibar en el tramo final. Para los puestos de central también se mueve la baraja y lo más normal sería que entrara Sergi Gómez, que descansó el domingo, por el sancionado Wöber. Aunque tampoco sería extraño que Carriço o el propio Kjaer se ausentaran esta vez para hacerle un hueco a Mercado.

Como en el resto de las posiciones, será Machín quien deba sacar la mejor carta de la baraja para que su equipo crezca. El siguiente galimatías a resolver tiene que ver con el centro del campo y ahí Banega debe seguir siendo el jefe de todas las operaciones. El argentino, pese a la acumulación de partidos, tendrá que descansar el domingo por sanción y, por tanto, parece intocable en esta cita en Roma. La cuestión está en los encargados de acompañarlo para que no se sienta tan desprotegido a veces en el eje. Y en este sentido la mejor apuesta sería por el Mudo Vázquez en su retorno a Italia, país en el que llegó a ser internacional antes de volver a recuperar su nacionalidad argentina y jugar en la selección del estado en el que nació. La otra plaza, salvo sorpresa, sería para Sarabia en la búsqueda de volver a tener esa eficaz salida que tantos réditos le ha dado a la escuadra de Machín en esta campaña.

Y, por último, se llega a la delantera, menudo galimatías, bendito dirán muchos sevillistas a la vista de la calidad tanto de Ben Yedder, el que está más en forma, como de Andre Silva, sus dos habituales inquilinos. Ahí no sería nada extraño que uno de ellos, tal vez el portugués, tuviera una jornada para recuperar y que Munir pudiera tener una oportunidad tras recuperarse de su lesión muscular. El madrileño convenció con su juego en el partido copero que jugó contra el Athletic y debe convertirse en una ayuda para el Sevilla en este tramo final al darle refresco a los dos puntas titularísimos en determinadas citas.

¿Será ésta una de ellas? Pudiera ser, pues Machín tiene que tocar alguna tecla en busca de algo nuevo. Se trata de un compromiso de 180 minutos a litigar en poco menos de seis días, pero este primer asalto fuera de casa es fundamental y bien haría el Sevilla en afrontarlo como si se tratara de una eliminatoria a partido único. Son muchas cosas las que están en juego, cambiar la dinámica como forasteros, ponerle el punto final a los debates sobre todo lo imaginable y, sobre todo, seguir adelante en una competición, la Liga Europa, en la que el Sevilla tiene puestas muchas esperanzas. Lazio-Sevilla, 14 de febrero, San Valentín… La mejor manera de recuperar una relación idílica es ganar, sólo ganar.

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