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El paso al frente de Lopetegui ante Monchi: algunas claves de la reunión

Imagen del abrazo de Monchi y Lopetegui tras la conquista de la Europa League en 2020.

Imagen del abrazo de Monchi y Lopetegui tras la conquista de la Europa League en 2020. / Twitter

No ha sido un agradable bocado el sapo que se ha tenido que tragar Julen Lopetegui para consensuar con Monchi el proyecto de la siguiente temporada. De momento, fue él, y no el director deportivo, enfrascado como está en la remodelación de la plantilla, quien tuvo que viajar a Sevilla interrumpiendo sus vacaciones para reunirse en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Además, su último paso por Nervión antes de tomar esos merecidos días de asueto, no eran de muy grato recuerdo, pues la anterior reunión, ésta sí con más de un miembro del comité ejecutivo presente, seguro José Castro y seguramente José María del Nido Carrasco, fue de un tono desabrido, por no decir agrio. Pero el compromiso del técnico de Asteasu es total y ha entendido que a él también le tocaba dar ese paso.

El vis a vis aclaró muchos asuntos espinosos, apagó rescoldos calientes y tornó la inquietud en ilusión. Que la noticia de la reunión saliese de Madrid, y no del propio Sevilla, también deja entrever esa ilusión renovada del propio Lopetegui, el primero que estaba necesitado de parar la sangría de rumores. Es una anécdota, pero puede ser ilustrativa...

Las críticas al juego de Lopetegui no han sido el magma de toda esta incertidumbre que se cerró con el almuerzo que mantuvieron los dos máximos responsables técnicos en Nervión. El propio entrenador alimentó esa incertidumbre cuando en sus dos últimas comparecencias ante la prensa fue preguntado por su continuidad y en ambas ocasiones contestó de manera esquiva. Y no porque estuviera enfadado con la afición, a la que dedicó encendidísimos elogios al decir que en los momentos malos siempre estuvo y que ha tenido una importantísima responsabilidad en la consecución del objetivo principal. ¿Era por la prensa? Quizá. Pero si fuera sólo eso no habrían tenido lugar las dos reuniones con los más altos ejecutivos del club.

Había mucho más de fondo y eso es lo que trataron Monchi y Lopetegui, en la intimidad que les permitió que la plana mayor estuviera en la India, a excepción de José María del Nido Carrasco, que se mantuvo al margen.

En la primera reunión se trataron aspectos más generales que sí afectan a la sociedad anónima Sevilla F.C. Sus mensajes ante la prensa, ciertos desencuentros con otros departamentos del club, el juego del equipo, que no terminó de enganchar e incluso produjo rechazo en la afición pese al empuje de esta... Que ante el Athletic, con la opción de acabar tercero y tras el logro de la tercera clasificación a la Champions vía Liga, hubiera sólo 31.305 espectadores –domingo de calor, 22:00, eso sí–, fue un dato ilustrativo.

Monchi y Lopetegui, tras aclarar algunos matices que no debían quedar enconados, se centraron más en lo estrictamente concerniente al primer equipo profesional, la remodelación de la plantilla sobre la necesidad de vender a pesos pesados para rejuvenecerla y reestructurarla; posiciones y perfiles... Y es difícil pensar que no trataran sobre el espinoso desgaste de las relaciones internas: la comunicación entre el cuerpo técnico de Lopetegui y los médicos, nutricionistas y fisioterapeutas del club. Porque si algo lastró al Sevilla la pasada temporada, al margen del debate sobre el juego, fue la continua racha de lesiones. Y ahí sí que había un fuego por apagar, mucho más grave que el sempiterno debate sobre el juego.

Monchi, consciente del mérito de Lopetegui de mantener el listón competitivo, también puso mucho de su parte, como mediador entre club y técnico: la promesa de un nuevo esfuerzo en todos los ámbitos por mejorar, cambiar y remodelar la plantilla de jugadores y el equipo de profesionales que la rodea, sobre todo. Y el compromiso mutuo de recuperar la alegría y la ilusión de hace apenas dos años.

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