Una prueba de personalidad

La cercanía del mercado de enero y los últimos traspiés en la Liga, e incluso la parquedad del triunfo en la Copa ante el débil Bergantiños, han reavivado el debate siempre latente del problema del gol en el Sevilla. El equipo de Julen Lopetegui no remató con la espada la buena faena de El Sadar, pinchó una y otra vez hasta ver cómo le devolvían el toro en el partido con el Villarreal y tampoco la alternativa de los competidores por el puesto en Riazor aclaró el panorama de una escasez realizadora que, a estas alturas, no se sabe bien si es un problema endémico de la plantilla o del sistema de juego. En este contexto afronta el Sevilla el último partido del año a Mallorca, seis años de su última visita a Son Moix y con la intención de callar bocas con personalidad... y goles.

Es una prueba de personalidad tanto para el entrenador como para el equipo. A Lopetegui puede que le hayan venido hasta bien las inesperadas bajas por molestias físicas de Dabbur y Chicharito, que se quedaron en Sevilla junto a Nolito, aún renqueante de esas molestias en la pierna izquierda que no parecen remitir en las dos últimas semanas. Tampoco viajó Escudero, aunque ahí está Reguilón para responder a la confianza que desde el inicio depositó en él Lopetegui resolviendo también dudas, que han regresado justo cuando Nolito ha desaparecido del once, circunstancia anexa a los últimos traspiés en Pamplona y ante el Villarreal. Casualidad o causalidad...

Sin dos de los cuatro delanteros en la expedición, todo indica que la vuelta de Ocampos al equipo lo devolverá a su sitio en la banda derecha para volver a dotar de empuje, y de gol, dado que es el máximo realizador en la Liga, con cinco tantos, a un once que volverá a tener al controvertido De Jong como principal punta de lanza en el ataque. Sin Nolito, queda la duda de si Lopetegui se atreverá a situar en la izquierda a Munir, que respondió con dos goles a sus dos últimas titularidades, o apostará por Óliver Torres.

Otra duda que surge es si Koundé recuperará los galones para acompañar a Diego Carlos, visto que el regreso de Carriço al eje de la zaga coincidió con la derrota en Nervión y que el joven francés solventó lo de Riazor con un magnífico cabezazo –sorprendente la imagen de su remate con los ojos abiertos como platos–. Por delante, Fernando volverá a tener la clave de la estructura del equipo, acompañado por Banega y por otro puesto que se disputarán Joan Jordán, Franco Vázquez y Óliver Torres.

Enfrente estará un Mallorca cuyo máximo artillero, Budimir con seis goles, supera al máximo goleador en Liga del Sevilla... También empuja Lago Júnior, que marcó su primer gol en la Liga ante el Real Madrid y ya lleva cuatro tantos. El equipo de Vicente Moreno, artífice de la subida desde los infiernos de Segunda B del equipo bermellón, se reencuentra con su gente tras dos salidas saldadas con abultada derrota en el Camp Nou (5-2) y con empate en Vigo.

En Son Moix hincaron la rodilla Eibar, Espanyol, Real Madrid y Villarreal, pero fueron capaces de ganar Real Sociedad, Atlético y Betis, que amargó el último partido casero de los baleares. Y esa irregularidad invita a que el Sevilla no dé pie a ningún tipo de relax o desconcentración. En juego está algo más que el tercer puesto.