Despedida de Monchi

"A mí, como a vosotros, no me late el corazón, me late el escudo"

  • Carta de Monchi tras la rueda de prensa en la que se ha despedido del Sevilla, en la que da las gracias al club, los futbolistas, los entrenadores y la afición: "Ningún director deportivo tendrá nunca tanto cariño"

Ramón Rodríguez Verdejo, 'Monchi', llora en su despedida del Sevilla FC.

Ramón Rodríguez Verdejo, 'Monchi', llora en su despedida del Sevilla FC. / Juan Carlos Vázquez

Monchi ha concluido la rueda de prensa en la que se ha despedido del Sevilla, aunque la despedida oficial será en el estadio el día del Sevilla-Deportivo, con una carta de agradecimiento al club, presidente, consejo y trabajadores actuales y anteriores, a los entrenadores y futbolistas que ha tenido hasta su adiós y a la afición.

Estas han sido sus palabras: "Hoy estoy vestido así, con un pantalón beige, una camisa celeste y una chaqueta azul, y no es casualidad. En las dos últimas finales iba vestido igual, porque era la ropa que me traía suerte. Y suerte es la que he tenido yo estando trabajando en el Sevilla 29 años, por eso voy vestido así.

Quiero tener palabras de agradecimiento para todas aquellas personas que en estos 29 años han hecho posible que yo esté aquí. En primer lugar evidentemente a los tres presidentes que he tenido. A Roberto, que fue el que me dio el testigo. A José María, con él que empezamos a tocar el cielo. Y a Pepe, por dos motivos, uno porque continuamos tocando el cielo con él, y dos, porque quizás ha conseguido lo más difícil que había, que yo saliera como quería. A todos los consejos de administración y consejeros que han estado conviviendo conmigo, también gracias. A los que están aquí, y hoy están aquí José María Cruz, José María del Nido Carrasco, Ramón (Somalo), Quique (de la Cerda), José Luis (Moscoso)... Jesús (Arroyo), que es secretario del consejo. Faltan muchos, los que estuvieron, Gamboa, Gandul, Cruz, Manolo Vizcaíno, Antonio Lappi, Piedad Parejo... Los que están ahora, Gabriel Ramos, Juan Luis Villanueva, Luis Galán, Faustino Valdés...

Gracias a todos, me han ayudado mucho, me han transmitido siempre mucha confianza y eso es de valorar. A los empleados del club, aquí hay mucho y eso significa que me tienen aprecio. A ellos también les tengo que dar las gracias, porque este club es grande por las personas que trabajan en él. Son muy grandes, hay muy buenos empleados y gente muy preparada. A los míos (su departamento), que están por ahí detrás porque si los veo me pongo a llorar. Ya les he dicho muchos piropos, pero es la verdad, son magníficos profesionales y magníficas personas. Nunca podré encontrar un grupo de trabajo igual que éste. A los entrenadores que he tenido, desde el querido y admirado Joaquín Caparrós hasta el actual Jorge Sampaoli, pasando por Manolo Jiménez, Juande Ramos, Antonio Álvarez, Marcelino, Gregorio Manzano, Míchel, Unai Emery... A todos, con unos he conseguido mayores éxitos y con otros peores. A todos los jugadores, desde Notario, mi primer fichaje, hasta Walter Montoya, el último, gracias. Un director deportivo es grande en función de lo que hagan sus jugadores y yo he tenido la suerte de tener excelentes profesionales, pero mejores personas. A todos los técnicos y jugadores de la cantera, escenificado en la persona de Pablo Blanco, que fue el culpable de que yo esté aquí hoy, el osado de traerme como portero y el que me ha dado la oportunidad de estar aquí 29 años.

Gracias, Pablo. A mi familia, por haberme soportado, por haber sido pañuelo en las lágrimas y hombro en los momentos difíciles, pero también cómplices en los momentos más bonitos, de los que he disfrutado al lado de ellos. A vosotros, los periodistas, a todos, a todos, porque todos me habéis hecho mejor profesional, me habéis ayudado con elogios, con la crítica, diciendo las cosas cuando la habéis visto mal, apoyando las cosas que he hecho bien. No quiero que ninguno se me escape en el agradecimiento, todos. Y por último, evidentemente, a los aficionados del Sevilla. No habrá en la historia, no habrá habido en la historia, no habrá más en el mundo un director deportivo que se sienta más querido que yo por una afición, imposible. El cariño anónimo de ese aficionado que decía ayer que lloraba es lo más grande que yo me llevo, ese amor de la gente. Y por último, no quiero que esto sea un adiós, sino un hasta luego. Se acaba una etapa de mi vida, la de director deportivo, y empieza otra más bonita y emotiva, la que siempre he soñado, la de socio 8.554, la del Monchi sólo sevillista, el que cuando a partir de ahora esté en el estadio será un guardián de Nervión más, sentado al lado de mi gente, al lado de mis hermanos, de los que sienten como yo, porque, como a todos ellos a mí, no me late el corazón, me late el escudo, Sevilla, gracias".

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