En pleno paréntesis entre su salida de la dirección deportiva del Sevilla y su inminente llegada al Aston Villa, club inglés en el que empezará a trabajar el próximo julio, Monchi analiza desde el punto de vista técnico a Ándres Palop y a Yassine Bounou, los dos grandes porteros que fichó para el Sevilla en sus dos ciclos al frente de la secretaría técnica del club. El primero, en el verano de 2005. El segundo, en el de 2019.

Palop llegó con la carta de libertad del Valencia y a meses de cumplir los 32 años. Pocos podían imaginar el asombroso nivel que dio hasta convertirse en una figura clave en la historia del club: "Andrés era un portero con una agilidad debajo de los palos tremenda, una potencia de piernas muy buena y luego era  muy valiente, un portero muy decidido, no dudaba en ir siempre hacia delante y eso lo hacía muy bueno. Técnicamente también tenía muy buenas condiciones, una capacidad de blocajes y despejes muy buena. Con el balón en los pies, en aquella época se jugaba menos, pero ya manejaba bien los pies".

Yassine Bounou arribó al Sevilla con 28 años y, como Palop, sin hacer ruido. A diferencia del valenciano, le costó ganarse la titularidad ante el checo Vaclik, otro buen guardameta. Cuando lo hizo, empezó a hacer historia. Monchi lo define: "He visto pocos porteros en mi vida con el uno contra uno de Bono, un portero con una capacidad de hacerse grande siempre realmente espectacular. También es muy ágil debajo de la portería a pesar de su altura y con los pies le ha dado mucho al Sevilla, ya es un portero de esos adelantados".

Eizaguirre, Busto, Paco, Buyo... El Sevilla ha disfrutado de enormes porteros a lo largo de su historia. Este siglo XXI ha alumbrado a otros dos excepcionales, Palop y Bono. ¿Quién es mejor?