Noche feliz en el Ramón Sánchez-Pizjuán para un Sevilla que ante el calor de su gente fulminó la debacle de Ipurua y las dudas que comenzaron antes de la jornada intersemanal con la derrota en Nervión en la cita ante el Real Madrid.

Y lo hizo en una noche en la que la figura de Julen Lopetegui volvió a tomar valor, sobre todo, por la lectura táctica con los cambios y la valentía en la alineación inicial con un nombre propio, Nolito, que cuajó una buena actuación en un partido que también tuvo acento argentino, con Banega dando una clase de billar sobre el tapete del feudo nervionense, Lucas Ocampos demostrando su poderío y Franco Vázquez apuntándose en la libreta un nuevo gol.

Y lo que es el fútbol. "Ya está Lopetegui otra vez insistiendo con Nolito...", "Munir sin convocar y Jordán, suplente...", se escuchaba en los corrillos de aficionados sevillistas en los aledaños del estadio nervionense y sobre la hierba respondió el sanluqueño con un sensacional tanto a pase medido de Banega para empatar y celebrarlo con la grada: "¡Vamos, vamos!", decía el atacante sevillista mientras sus compañeros lo felicitaban. Sobre todo, el 10 del Sevilla, con el que se abrazó Nolito para agradecerle una asistencia tan hermosa como la de Januzaj a Oyarzabal.

De Sanlúcar a Rosario pasando por Quilmes, lugar de nacimiento de otro de los artífices del triunfo blanquirrojo, Lucas Ocampos. Chirría para los futboleros verlo jugar con el 5 a la espalda, pero de lo que no hay dudas es de su potencia y calidad, como en el 2-1. Banega demostró viveza sacando una falta rápido para Jesús Navas, que vio en el espacio a Ocampos. Éste se fue de Monreal y con el empeine sacó un zapatazo ante el que nada pudo hacer Moyá. Semana redonda para el futbolista formado en la cantera de River Plate, con dos goles (ante el Eibar y el de ayer) y llamada para acudir con la selección argentina.

Si Banega destacó con sus pases y visión de juego, Lucas Ocampos con su gol, Franco Vázquez no quiso ser menos que sus hermanos argentinos y logró el tercero de la noche para un Sevilla que con la entrada de Jordán cerró espacios a una Real que llevó el sufrimiento a la grada sevillista con el tanto de Portu tras una gran asistencia de Odegaard. Sin embargo, el Sevilla se mantuvo firme en el descuento y el partido murió en un balón largo (medio despeje) de Jordán que Nolito clavó con un gran control para que el balón saliera fuera despejado por un defensor. Lo que es el fútbol...

Ahí, con el final del partido, el sevillismo mostró su alegría por una victoria que da tranquilidad de cara al futuro, que pasa ya por una nueva cita en la Liga Europa.