PSV, Eindhoven... qué recuerdos

Desde mi córner

El Sevilla tiene esta noche la oportunidad de acometer el modo de hacerse perdonar

LLEGA la hora de que el Sevilla se haga perdonar el calamitoso curso que anda padeciendo y haciendo padecer a su gente. Tiene visos de quite del perdón lo de esta noche ante los holandeses del PSV, el equipo que radica en Eindhoven, la ciudad donde se inició la era más prodigiosa que el sevillismo hubiese podido soñar. Es hora de hacerse perdonar como se hace perdonar el torero con un quite tras una tarde de poco lucimiento.

Se hace un paréntesis en el páramo liguero para que el Sevilla se reencuentre con su competición fetiche, esa que colmó de plata las vitrinas nervionenses. Y es que tras ese respiro que fue ganar cuatro partidos caseros y aunque fuese a equipos de poco fuste, la tropa de Sampaoli ha recuperado autoestima y encuentra en el retorno continental el oasis donde efectuar el adecuado avituallamiento. ¿Y qué mejor que disfrutarlo ante un rival con tantas connotaciones positivas?

Eindhoven, mayo de 2006, está grabado a fuego en el libro de oro sevillista. Aquel póquer de goles al Boro inglés fue la plataforma de salida para la mayor escalada jamás soñada por la gente de blanco. Cuestión añadida es que siempre que colisionó con un equipo neerlandés, el Sevilla campeonó, lo que le añade un plus de optimismo a la cita de esta noche cuando sean las nueve en todos los relojes de la noche en Nervión y aledaños, ergo la ocasión la pintan a modo.

Y en el equipo holandés viene Luuk de Jong, incomprendido delantero que también está en la historia sevillista tras su decisiva participación en la conquista de La Sexta. Sus dos goles al Inter en la final de Colonia no le sirvieron al espigado ariete para consolidarse en Nervión y hoy retorna como amenaza cierta para la causa blanca. O sea que la ocasión parece que ni pintada para que el Sevilla haga un alto en su sórdido camino liguero y, a favor de querencia, levantar el vuelo.

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