Sevilla FC

Pasión desbordada

  • El sevillismo agota en hora y tres cuartos las entradas de Mestalla y la venta por internet hace prever la presencia de unos 4.000 aficionados. Emery, a dosificar entre 'final' y 'final'.

El sevillismo vive en un estado de euforia continuo más o menos desde que estalló la primavera en el valle del Guadalquivir. En la semana de Pascua Florida, tras el doble éxito andaluz en Semana Santa con el triunfo en el derbi y la goleada sobre el Granada, la victoria en la ida de la semifinal de la Liga Europa sobre el Valencia ha incrementado la temperatura de una masa social en ebullición. La mejor prueba de ello fue la respuesta masiva para adquirir las entradas de la decisiva vuelta de esta semifinal, que se disputará el próximo jueves, 1 de mayo. La condición de festiva de la fecha de esta cita ha provocado una movilización total del sevillismo, que puede protagonizar un desplazamiento similar al de Estoril, hasta donde viajaron 4.000 sevillistas en los albores de esta Liga Europa que se acerca a su destino final en Turín.

En apenas hora y tres cuartos, los sevillistas agolpados ante las taquillas, muchos de ellos desde el mismo final del partido ante el Valencia, acabó con el papel que el club puso a la venta para sus abonados. Muchos de éstos se quedaron sin el preciado tesoro después de estar toda la noche a la intemperie guardando cola. Es más, a la apertura de las taquillas, a las diez de la mañana, se produjeron algunos altercados. La Policía Nacional se personó en el Sánchez-Pizjuán ante el peligro de que el gentío que se había agolpado desde la noche anterior se desbordase de pasión. Como casi ocurre. Algunos aficionados acusan a otros de haberse colado por la mañana sin respetar el orden de los que aguardaron toda la noche. Otros, en cambio, acusan al club de no haber sabido gestionar el reparto de una forma más justa de las aproximadamente 2.500 entradas que el Valencia puso a disposición del Sevilla.

Tradicionalmente, el club se queda con una parte de este cupo y cede otra pequeña parte para viajes organizados por agencias. Siempre fue así, en las distintas semifinales que ya ha disputado el Sevilla en el siglo XXI. Pero esto no fue óbice para que se vivieran momentos de tensión en el escaso tiempo en que estuvieron abiertas las taquillas, entre las 10:00 y las 11:45. La Policía intervino para calmar a los que se habían quedado sin entradas, algunos pese a no haber dormido. Hubo protestas airadas.

Muchos otros aficionados decidieron bucear por internet y así se agotaron a lo largo de la mañana de ayer las localidades de Gol Xicotet, en la zona inmediata a la destinada por el Valencia para la afición sevillista, equivalente a la grada alta de Gol Norte de Nervión. Con el cartel de no hay billetes en la taquilla del Pizjúan más la venta por las disintas webs, tanto la del club levantino como otras especializadas como ticketmaster.com o entradas.com, más el cupo de localidades de cortesía que se intercambian los clubes se prevén bastante más de 3.000 sevillistas en Mestalla.

Entre tanto, Unai Emery debe hilar muy fino entre las dos finales que debe disputar en cinco días, la de San Mamés y la de Mestalla. El entrenador sevillista dirigió ayer una sesión de recuperación en la que la mala nueva era relativa a la posible recaída de Cicinho. Por lo demás, todos los futbolistas, excepto los lesionados de larga duración, Cheryshev y Cristóforo, están en buen estado, aunque algunos están más cargados que otros. Emery debe medir muy bien el reparto de esfuerzos entre la cita por la Champions y la otra gran cita por la final de Turín.

Son dos premios gordos, el segundo emocionalmente mucho más, pero el técnico es consciente de que ganar en Bilbao casi aseguraría el cuarto puesto y todo lo que ello conllevaría. En San Mamés habrá rotaciones, pero, ¿jugarán Rakitic y Bacca los dos partidos? ¿A quién dará descanso mañana? Son incógnitas por resolver con el devenir de estas apasionantes horas que vive un sevillismo que se frota los ojos de nuevo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios