Sevilla FC-Real Sociedad

Pleno de lírica, desnudo de lógica

Alex Telles lamenta uno de los goles de la Real.

Alex Telles lamenta uno de los goles de la Real. / antonio pizarro

No vale. El fútbol no es sacar pecho, llenarse la boca con el orgullo de dar la cara y acabar dignamente después de desafiar constantemente la lógica. No vale maravillarse con la capacidad de cicatrización después de empeñarse en poner la mano en el fuego.

En otra noche más presidida por el esperpento, lo que se quedó en la retina del aficionado y lo que el público del Sánchez-Pizjuán no paró de agradecer fue la entrega con dos jugadores menos y hasta la posibilidad de soñar con el empate. Muy lírico. Olvidando que si Bono no aborta dos de las muchas que sacó a los delanteros de la Real Sociedad la situación hubiera sido otra completamente distinta, con un resultado –otra vez– de escándalo. Y es que, ni para bien ni para mal, el partido no se puede analizar como tal, como ejercicio meramente futbolístico, a partir de la segunda expulsión, en una nueva demostración de impotencia de Nianzou de las varias que ya había protagonizado ante Sorloth.

Sampaoli siempre desprende una imagen de osadía, arrojo, valentía... que muchas veces acaba en temeridad. También lo ha hecho con la gestión de las lesiones en un grupo que tiene experiencia en eso. Y aquí la política, tras el cambio de entrenador, varió de la A a la Z. Llegó poniendo a Marcao en su debut y hoy el brasileño, tras competir renqueante y ser alineado en un partido en el que el equipo no se jugaba nada, tiene una segunda rotura muscular.

Nianzou, que no tiene ahora mismo en el equipo ni la mitad de peso que Marcao –que ya es decir–, jugó forzando los plazos de una rotura de la que no han pasado las tres semanas que marcan los manuales en este tipo de lesiones. Consecuencia, estaba inseguro ante un tanque como Sorloth, llegaba tarde con evidente falta de ritmo (sólo 4 entrenamientos con el grupo)... La primera expulsión de Rakitic podía considerarse un accidente, acción clara de VAR, lo pisó sin verlo... La de Nianzou fue claramente de llegar tarde. El Sevilla es el equipo más tarjeteado, algo que, junto con los que más penaltis cometen, suele coincidir con déficits de físico.

Defensa

El Sevilla se defendió claramente mejor con dos menos que once contra once. Con más concentración, cerrando espacios con una línea de 5 y tres por delante, aunque por lógica se produjeron situaciones claras del rival fruto de la basculación del bloque.

Antes de las expulsiones, el equipo combinaba repliegues en campo propio con salidas a presionar, de nuevo con Rafa Mir en la derecha e Isco y Lamela alternándose como falso nueve.

Ataque

El Sevilla no se plantó con una idea clara antes de que llegaran las actuaciones del VAR. Le sigue costando llegar arriba pese a que el entrenador sigue viendo un protagonismo ofensivo que no se traduce en llegadas. La de Isco, que paró Remiro, fue la única con peligro once contra once.

En cambio, con dos menos el simple hecho de forzar un córner tiene mucho mérito. Y no sólo eso, marcó un gol y llegó, con centros de Telles e hizo soñar con empatar.

Virtudes

La raza y el orgullo en una situación en clara desventaja.

Talón de Aquiles

Sin ritmo ni jugadores al 100%. A la falta de ritmo de un centro del campo con poco físico se unieron dos centrales que salen de roturas musculares y que en el caso de Rekik (y como ocurrió con Marcao), va a remolque tras tener que jugar adelantando los plazos.

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