Rayo Vallecano - Sevilla | La crónica

En-Nesyri llega al rescate en Vallecas (1-2)

  • El delantero marroquí es decisivo para el triunfo del Sevilla ante el Rayo Vallecano al anotar dos goles que suponen tres puntos de un valor incalculable

  • La química con Isaac de los dos hombres más ofensivos es otra gran noticia para los intereses sevillistas

  • Así le hemos contado el Rayo Vallecano-Sevilla

En-Nesyri celebra con Isaac el segundo de los goles sevillistas.

En-Nesyri celebra con Isaac el segundo de los goles sevillistas. / Juanjo Martín | Efe

Respiro profundo para el Sevilla en Vallecas. Youssef En-Nesyri se despidió rápido de la Copa África, justo a tiempo, y acudió al rescate de los suyos para darles un triunfo de un valor incalculable a estas alturas del campeonato liguero. Dos goles de calidad del delantero marroquí sirvieron para que la escuadra nervionense otee el horizonte con un mayor optimismo.

Fue una botella de oxígeno de las de verdad la que recibió este Sevilla con tantas dudas a pesar de tener futbolistas a los que se les presupone mucho mayor nivel que los que militan en esa zona media-baja de la tabla clasificatoria. En estas circunstancias es mucho mejor dejarse de poesía y apostar por la prosa, aunque tampoco sea escrita por Gabriel García Márquez precisamente.

El cuadro de Quique Flores no necesitó un fútbol excelso, pues, para sumar este triunfo tan trascendente. Supo golpear a través de su delantero centro, con la colaboración de un Isaac con el que hubo buena química en el primer partido de ambos en la primera plantilla, y después se defendió como pudo. Los sevillistas acumularon muchos futbolistas delante de Nyland, lo que hacen todos los equipos que atraviesan por sus mismas vicisitudes clasificatorias, y sólo temieron la posibilidad de un mal rebote que pudiera dejarlos con dos puntos menos de los que atesoraban.

Afortunadamente para todos los que sienten la fe balompédica radicada en el sevillanísimo barrio de Nervión, no fue así. Nyland se sintió protegido en todo momento y encima resolvió con serenidad el trabajo que lo obligó a él con paradas que algunas veces eran más propias de ese balonmano que tanto furor causa en su Noruega natal.

Traje de pana

Pero lo importante es que el Sevilla supo ponerse el traje de pana en su visita a la siempre desagradable cancha, sólo el terreno de juego, de Vallecas. El pasto no estaba en las mejores condiciones, tan verde a la vista de las cámaras como irregular, y, además, las dimensiones eran una invitación constante al patadón, a quitarse la pelota de encima y tratar de mantenerla lo más alejada de la portería propia.

Ese estilo de juego es bastante conocido para este Rayo, pero en el Sevilla quizá no se quieren dar cuenta de que, a día de hoy, es la mejor manera de tratar de huir de los puestos más bajos de la clasificación. Mientras menos complicaciones atrás, mucho mejor, y sacar provecho de los futbolistas que tienen algo más de calidad, que están, fundamentalmente, del centro del campo hacia arriba.

Con semejantes elementos y con el retorno de En-Nesyri de la Copa África tras vivir una frustración con Marruecos, Quique Flores ordenaba un sistema de juego un tanto extraño. El Sevilla comenzaba a defender con cinco futbolistas y Ocampos era la sorpresa al convertirse en el carrilero izquierdo, pero cuando los visitantes tenían el balón Acuña se abría al lateral para que su compatriota se convirtiera en interior y todo se dibujara con un claro 1-4-4-2. Del 1-5-3-2 se transitaba, pues, a un estilo de juego mucho más coherente y tradicional.

La posición de Ocampos

Era evidente, además, que Ocampos se sentía mucho más a gusto en la propuesta atacante y eso también beneficiaba al resto, pues de esa forma los roles de todos quedaban más definidos y los que tenían que defender sabían que debían proteger fundamentalmente a Nyland, mientras que los que partían con la misión de atacar también conocían sus misiones.

Una pérdida absurda de Marcao le pudo complicar la existencia al Sevilla, pero la moneda esta vez iba a caer de cara para los forasteros. Minuto 19, el balón de Isaac busca a Soumaré y lo que encuentra es un mal pase de Aridane que le pone la pelota en bandeja a En-Nesyri. Éste define a la perfección y los nervionenses se ponían por delante. Pero, como es habitual, la primera ventaja suelen aguantarla poco y no iba a tardar Isi en empatar (29') al aprovechar la descoordinación de todo el sistema defensivo para tapar un centro de Espino y también, por qué no decirlo, un pelín de mala fortuna en el balón que sale rebotado en Acuña.

El Sevilla, sin embargo, no se descompuso esta vez pese al inconveniente del 1-1, En-Nesyri rozó el gol en un buen balón de Isaac (39') y después de un par de tímidos intentos más se repitió la conexión. El lebrijano hizo un excelente control en un buen saque de Nyland tocado por Ocampos, le dio la pelota en el momento justo al marroquí y este volvió a definir de forma perfecta con la izquierda.

Ventaja a mantener

El cuadro sevillista se iba al intermedio con ventaja en el marcador, aunque aún le restaba muchísimo por remar en Vallecas. Iban a ser 51 minutos, incluida la prolongación, de incertidumbre, de pensar en que en cualquier rebote se podía venir todo el trabajo abajo, pero no fue así. Entre otras cosas porque el Rayo tampoco tuvo ninguna ocasión clarísima si se exceptúa una parada de Nyland a Isi (58'). También Chavarría remató antes solo de cabeza, pero lo hizo de forma horrible (55').

El Sevilla, en cambio, sí iba a tener algunos acercamientos prometedores, siguiendo la terminología que se emplea para las tarjetas amarillas, aunque a Hernández Maeso debió olvidársele ese término en alguna ocasión. Isaac disparó con muy mala intención justo antes de que lo cambiaran (72'), En-Nesyri tuvo otra llegada (87') y la más clara fue para Ocampos en un disparo al poste (78').

No se sabe si esa jugada hubiera sido invalidada por fuera de juego, pero el cuadro nervionense había mejorado con la entrada de Juanlu y Pedrosa en los dos laterales, además de la seguridad que mostró Hormigo como central zurdo. Los tres puntos viajaban finalmente hasta Sevilla con todo merecimiento para los sevillistas. Es evidente que no es lo mismo jugar con En-Nesyri que perder al goleador por la Copa África y si encima demuestra que tiene buena química con Isaac, no puede haber mejor noticia, además de la inyección de vida que suponen los tres puntos, claro. 

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