Real Sociedad-Sevilla | La previa

Tras la gran faena, el pase de la firma

  • El Sevilla, con la tranquilidad del deber cumplido, inicia su pulso por el tercer puesto en Anoeta, donde la Real Sociedad se juega el pase a Europa

Banega lleva la voz cantante en un rondo con Pablo Pérez, Gudelj, Franco Vázquez y Escudero, que no viajó.

Banega lleva la voz cantante en un rondo con Pablo Pérez, Gudelj, Franco Vázquez y Escudero, que no viajó. / LaLiga

Penúltima estación para el Sevilla de Lopetegui con parada en Anoeta, ahora llamado Reale Arena por razones económicas y publicitarias. Con los ecos del gran logro de la clasificación para la Champions aún rebotando en los oídos de los futbolistas y del cuadro técnico, su cabeza visible, o sea, el técnico guipuzcoano, quiere otro logro más, aunque éste ya no depende en exclusiva de sus méritos. Igualado a puntos con el Atlético de Madrid, con una ventaja en el goal average general para los madrileños de tres tantos, dado que el particular está igualado, el Sevilla aspira aún a mejorar su gran temporada.

Tras la gran faena, muy meritoria por las circunstancias internas y externas de la actual campaña, Lopetegui busca el pase de la firma en su tierra, que aún debería rematar el domingo ante el Valencia para intentar ese prurito que ahora tiene: el de la tercera posición de la Liga.

Cuadro Real Sociedad-Sevilla Cuadro Real Sociedad-Sevilla

Cuadro Real Sociedad-Sevilla

No lo tendrá nada fácil. Anoeta no es un escenario que se le haya dado bien históricamente al Sevilla y, además, la Real Sociedad se está jugando su participación en la Liga Europa, con tres puntos de ventaja sobre su vecino, el Athletic Club. Espoleado por el gran triunfo en Villarreal, que permitió al Sevilla certificar matemáticamente la clasificación para la Champions, el equipo de Imanol Alguacil no puede permitirse volver a la languidez de partidos atrás. Su poderío ofensivo, con hombres como Portu, Oyarzabal, Odegaard, Isak o Willian José, pondrá a prueba la solidez de este Sevilla que ha hecho de su fiabilidad a domicilio uno de sus baluartes competitivos.

El choque, aun con el relajo del logro conseguido ya por los sevillistas, no puede tener más atractivo futbolístico. Para el sevillismo debe ser como un partido de puro disfrute, puesto que el gran objetivo ya está en el zurrón. El fútbol por el fútbol, nada de justificaciones económicas ni otros objetivos espurios.

La confianza del Sevilla después de haber logrado con dos jornadas de antelación el objetivo de la Champions es enorme. Y esa es otra baza a favor ante una Real que sabe que no puede fallar, aunque aventaja en tres puntos al Athletic, porque no querrá jugársela a domicilio con el Atlético en la última jornada. Máxime si le diera los tres puntos al Sevilla, lo que dificultaría aún más su empresa en la última jornada liguera. Así pues, estamos en un duelo entre la ilusión sevillista y la pujanza realista.

Tiene el Sevilla en su mano mejorar la gran campaña, dejando a un lado por ahora, lo que acontezca a principios de agosto en Alemania con la Europa League. Con 66 puntos en su haber, si el equipo de Julen Lopetegui sumara de tres en tres en las dos jornadas que quedan igualaría al de Jorge Sampaoli en la temporada 16-17, la segunda en puntuación de este siglo (72), o sea, de la historia, tras la de los 76 que alcanzó en la 2014-2015. E incluso podría superar al Atlético si enjugara esa diferencia de tres goles o los de Simeone fallaran en su visita al Getafe o ante la Real. El aliciente del tercer puesto, ya con la tranquilidad del deber cumplido, es una gran arma que debe saber usar el Sevilla.

Hay que ver cómo gestiona el técnico de Asteasu el reparto de esfuerzos en estas dos últimas jornadas. Lopetegui se refirió ayer a esto y habló de que ha estado haciendo rotaciones, de forma obligada, para repartir esfuerzos y responsabilidades. Y eso pese a la escasez de recursos de una plantilla profesional de apenas 21 futbolistas en la que faltarán Vaclík, aún renqueante de su rodilla, y Escudero, con molestias en el pie izquierdo.

El guipuzcoano tratará de sacar un equipo competitivo, que sepa mantener el pulso de una Real necesitada y espoleada por su campanada en el Estadio de la Cerámica. Pero también debe darles sitio a algunos de los futbolistas que han jugado menos. Debe darles responsabilidad y hacerles copartícipes del éxito rotundo de una temporada que aún no ha terminado. Ahora, el reto es lograr ese tercer puesto, que no consigue desde 2009. Más adelante... la Europa League espera.

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