Sevilla FC

Balaídos, avispero para la reacción

  • El Sevilla, urgido ya por los rivales directos, visita a un Celta hundido en la cola que no gana desde hace tres meses y con su afición de uñas

Koundé intenta tapar el pase de Ocampos a Gudelj en un rondo.

Koundé intenta tapar el pase de Ocampos a Gudelj en un rondo. / Antonio Pizarro

La jornada vigésima tercera se presenta con ciertas aristas para el Sevilla. Nada dramático porque no se trata de un partido trascendental ni decisivo. El equipo de Julen Lopetegui visita Balaídos, un partido más de la Liga, sin el carácter de final del que dotaba en las comparecencias previas a los partidos de Copa el guipuzcoano. Pero las altas miras del club, la necesidad de aspirar a la clasificación para la Champions y el contexto del partido y del torneo liguero sí le dan un aire especial al partido. El Sevilla está obligado a reaccionar tras el fracaso en la Copa y el traspié ante el Alavés, con la concurrente sensación en ambas citas de cierto paso atrás en el modelo de juego, sobre todo por la carestía en la fase ofensiva. Y enfrente tendrá un Celta para el que sí tiene carácter de trascental el encuentro.

Vigo se presenta como una oportunidad para la redención sevillista, para la recuperación de las buenas sensaciones, pero no lo tendrá fácil el Sevilla en Balaídos, convertido en un avispero por la necesidad de su anfitrión y el ansia de la afición celtiña. El club vigués ha sacado a la venta entradas a cinco euros para los socios, con el objeto de llenar el estadio municipal vigués. Pero hasta en eso le ha salido una china en el zapato al Celta, por el colapso de su web a la hora de vender dichas entradas por el fallo del servidor de LaLiga, que es la que nutre del operador de internet para la venta de localidades. No están para bromas en la capital de las Rías Bajas. Las aguas suben turbulentas por la ría y allí ha de aclarar su destino el Sevilla.

El equipo de Lopetegui sólo ha ganado un partido de Liga en este año 2020. Los empates en casa ante Athletic y Alavés y la derrota en el Bernabéu han minimizado el efecto de la victoria sobre el Granada y, sobre todo, han recortado las diferencias en la zona alta. De hecho, tras perder el tercer puesto en la jornada anterior a manos del Getafe, a puntos iguales y por el goal average, ya tiene al Valencia a dos puntos, con el Atlético de Madrid a tres y el Villarreal a cinco.

El Sevilla jugará el partido además sabiendo lo que han hecho sus rivales directos, con lo que puede tener de añadido en forma de presión o distensión ese conocimiento. Y debe aprovechar el duelo directo entre Getafe y Valencia para recuperar el puesto que más ha lucido en esta Liga, el tercero. Pero también puede caer hasta el sexto puesto, si gana el Valencia en el Coliseum Alfonso Pérez y el Atlético como anfitrión del Granada. Y verse fuera de la Champions a estas alturas puede ser otro golpe anímico que cerraría una semana y media bastante negativa.

Enfrente está un Celta asfixiado, penúltimo en la clasificación, eliminado de la Copa por el mismo vergudo del Sevilla, el Mirandés, y sin haber ganado un partido desde hace tres meses. Lo logró Óscar García Junyent el 24 de noviembre, en Villarreal (1-3), poco después de relevar a Fran Escribá en el banquillo. Desde entonces, acumula tres derrotas y cinco empates, que lo tienen anclado en la cola de la tabla con apenas 17 puntos y un paupérrimo balance de goles de 17-31. De hecho, sólo ha logrado tres victorias en todo el torneo, sobre el Valencia, el lejanísimo 24 de agosto; sobre el Athletic el 6 de octubre; y el referido en Villarreal.

El llamamiento que el club celtiña ha hecho a su afición para buscar la necesaria reacción presentará un ambiente tenso, de fervor hacia el equipo local, pero también de muchísima presión. Y eso es lo que debe aprovechar el Sevilla de Lopetegui, que sigue presentando sus mejores números a domicilio.

El técnico de Asteasu cuenta con casi toda su plantilla. Recupera a Diego Carlos tras un partido de sanción, tiene donde elegir en la defensa, toda vez que Carriço ya está a pleno rendimiento, Koundé ya ha mostrado lo que puede dar y Sergi Gómez ha mantenido un alto tono en sus apariciones. En la media sólo tendrá la duda de Óliver Torres. Y la incógnita, de nuevo, estará en qué respuesta dará el ataque y qué elementos elegirá Lopetegui. Suso se presenta como un asidero, un recurso más para buscar nuevas fórmulas, aunque su sitio natural pisa el habitual de Ocampos y ahí surge otra incógnita que debe resolver Lopetegui. Es una inquietud menor. Lo central es que el Sevilla debe reaccionar y aprovechar el estado de nervios reinante en el avispero de Balaídos.

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