El partido del Sevilla | Análisis

Otra vez un déficit de profundidad

  • Ya con los altísimos niveles de posesión de la primera mitad, las ocasiones de gol creadas no iban en consonancia.

  • Con la disminución de ritmo tras el descanso, el duelo cayó en la desidia.

Informe técnico

Informe técnico / Departamento Infografía.

Con la superioridad en estos partidos siempre se cuenta, pero de lo que un equipo no está seguro nunca es de si ese mejor dominio teórico de todas las facetas del juego se va a plasmar sobre el campo de la manera que se plantea en los entrenamientos. El Sevilla superó, según el guión previsto, a un débil APOEL que no ofreció resistencia, quizá menos de lo esperado, es cierto, pero si en la primera parte sí supo el equipo de Lopetegui imprimir velocidad a las acciones y llegar al área rival para generar un mínimo de ocasiones –no muchas–, tras el descanso el nivel de profundidad del ataque cayó a unos números preocupantes, sobre todo porque el rival que estaba enfrente no es comparable a ningún equipo de Primera División como se habían encargado de demostrar exactamente los mismos protagonistas un rato antes. Digamos que el Sevilla volvió a exhibir lo que ya venía advirtiendo antes de las dos derrotas ante el Real Madrid y el Eibar. En Bakú le costó también traducir esa superioridad en ocasiones claras de gol, pese al 0-3 final (estuvo muco tiempo con 0-0).

Y eso es lo que se echa en falta en este equipo, que se ponga de gol. Ayer no estaba De Jong y sí un Chicharito que demuestra ser muy listo en el área, pero que sólo pudo disfrutar de tres ocasiones: una fue gol, la otra la paró Belec y la tercera acabó en la red pero en fuera de juego.

Defensa

Gudelj hizo su labor de stopper de un equipo que defiende muy bien desde arriba. La presión tras pérdida le devolvía muy pronto la posesión a los de Lopetegui, sobre todo en la primera mitad y cuando no, la falta táctica también es otro mecanismo que no falla. Así, se le hacía muy fácil al Sevilla mantener a raya a un APOEL sin entidad como para hacer daño a la contra, pero de haber tenido a otro contrincante más potente el Sánchez-Pizjuán lo habría pasado ciertamente mal.

Sí que se produjeron algunos errores en el tramo final del partido, en el que la relajación llegó al sistema defensivo, que, no obstante, siguió tirando del recurso de las faltas tácticas para frenar los conatos de transiciones chipriotas (la falta de tarjetas amarillas lo permitía).

Ataque

El Sevilla salió abrumador en la posesión, pero también gracias a que había mucha velocidad tanto en la trayectoria del balón como en movimientos sin él. Rony Lopes salió muy activo, aunque sobre todo el maestro de orquesta fue Franco Vázquez, hábil y rápido pensando y ejecutando.

Las ganas de Chicharito –interesante su trabajo como primer defensa– facilitaban las cosas, pero la profundidad no era todo lo acorde que podía pedirse a los escandalosos niveles de posesión que lucía el Sevilla, que se iba al descanso con sólo tres ocasiones claras, el gol, otra de Chicharito y una de Joan Jordán. Nada más.

Luego, el ritmo decayó mucho y sólo lo despertaron Pozo y Bryan Gil por los costados.

Virtudes

No perder la motivación. No es fácil hacerlo en estos partidos.

Talón de Aquiles

Falta una vuelta de tuerca más, mejores automatismos en ataque.

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