El Sevilla afrontará el último partido de Liga con muchas bajas. Además de las consabidas de Wöber, con lesión de menisco, Carriço, con el cuádriceps lastimado aunque Joaquín Caparrós expresó su esperanza de que llegara a la cita, ni el sancionado Banega, será también segura la de Roque Mesa, que vio la quinta amarilla y debe cumplir la segunda sanción por ciclo de amonestaciones. Y Gonalons recayó en sus problemas de aductores y tampoco podrá ayudar a un centro del campo que ha tenido muchísimos problemas durante todo el curso.

La evolución de Gonalons marcará si es baja definitiva, aunque a cinco días de la cita del Sevilla con el Athletic Club, la realidad es que Caparrós apenas cuenta con Amadou y Marko Rog para configurar su centro del campo, a no ser que reubique ahí a otros jugadores, como hizo Pablo Machín con Sarabia y Franco Vázquez, algo que no ha realizado el utrerano hasta ahora.

En el Wanda Metropolitano, el francés y el croata fueron los que terminaron conformando el mediocampo en una segunda parte mucho mejor que la primera. Pero cada partido es distinto y el Athletic, a diferencia del Atlético, sí se juega la clasificación europea y está inmerso en una buena racha. De hecho, por ejemplo, en el tramo último de diez partidos de Caparrós, el equipo de Gaizka Garitano lo supera en una hipotética clasificación: es cuarto por el octavo puesto del Sevilla, por detrás de Barça, Valencia y Atlético.

Es más, con el vizcaíno, que se hizo con el Athletic en la jornada 15, el equipo bilbaíno está situado en esa cuarta posición tras 23 partidos, en los que ha logrado 42 puntos. Sólo lo superarían en ese tramo los tres grandes.

El Sevilla tiene pocas opciones de alcanzar el cuarto puesto, dado que cualquier empate de los otros rivales directos por la Champions lo eliminaría. Y tampoco afronta una cita que puede decidir si es quinto, sexto o séptimo en las mejores condiciones por ese cúmulo de bajas.