Desde mi córner
  • En Nervión se viven momentos de bonanza y es ocasión para la revancha con Osasuna

Sevilla-Osasuna, el viento ha cambiado

MOMENTOS de bonanza, con el viento soplando de popa igual que soplaba en la época dorada y cuestión que el Sevilla debe aprovechar. No haber pasado del susto en Eindhoven y que el Fenerbahce sea su rival en octavos europeo es como un viento favorable que no debe dejar pasar ese Sevilla que esta noche tiene la oportunidad de tomarse la revancha con el equipo que osó echarle de la Copa del Rey hace nada.

Cinco puntos y sólo dos peldaños es la distancia que separa a los dos rivales de esta noche en el coliseo de Dato. Con lo bien que iba Osasuna y lo mal que discurría el curso para el Sevilla, resulta que, recién iniciada la segunda vuelta, esa es la pírrica distancia que les separa. Aquellos temores, que hasta parecían fundados, han desaparecido como por ensalmo y la cita que cierra la jornada en este último domingo de febrero se presenta con el uno en todas las quinielas de la noche.

Y dicho lo cual imagino a Jagoba Arrasate arengando a su tropa bajo la premisa de hacer un partido largo. El presente arroja unas sensaciones que hablan de un Sevilla que afronta los partidos como queriendo comerse el mundo para acabar pidiendo la hora a grito pelado. Así han discurrido los últimos compromisos, esos que han permitido que el equipo se haya alejado del brocal que en tantas jornadas ocupó. El último dato viene por lo del jueves en Eindhoven.

Rocoso rival el de esta noche en Nervión y bien hará el Sevilla rentabilizando sus minutos de físico euforizante para que los apuros últimos sean como los del Philips Stadion, que del susto no pasaron. Sea como sea, el duelo con Osasuna se ve complicado por la misma idiosincrasia rojilla, pero el giro copernicano vivido por los de Sampaoli invita al optimismo. Más que nada por la sensación de que aquella esplendorosa flor que parecía perenne ha rebrotado.

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