Sevilla-Valencia | La previa

De epílogo, un puro goce

Lucas Ocampos, con Koundé (tapado) y Jesús Navas.

Lucas Ocampos, con Koundé (tapado) y Jesús Navas. / LaLiga

Concluye la Liga 2019-20 para el Sevilla, que no la temporada. Lo hace con un partido que es todo un clásico del campeonato español que además ha cobrado especial relevancia en este siglo por el crecimiento de un Sevilla que ha conseguido igualarse o superar, según los años, al Valencia, sobre todo por la plata acarreada a Nervión y por algunos cruces disputadísimos en eliminatorias, en especial aquella de la Europa League 2014 que tanto escoció en Mestalla. Lo hace además con menos boato del que debería tener por las circunstancias de cómo ha llegado el equipo de Lopetegui a esta última cita, con los deberes hechos, la clasificación para la Champions agarrada con dos jornadas de antelación, que ya quisieran para sí los mandarines singapurenses del Valencia, un club en crisis institucional.

Que no tenga público este gran clásico de la Liga le resta enjundia, claro. Y que el Sevilla ya tenga en su zurrón el alto objetivo marcado por la entidad, el de la Champions, también. Pero no será un partido exento de emoción. El grupo que adiestra Lopetegui, que aún tendrá el aliciente postrero de la Europa League de agosto, quiere cerrar a lo grande su enorme campeonato y aún aspira a ser tercero, aunque eso ya no depende de él.

SEV-VAL SEV-VAL

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El Valencia, en cambio, sí llega con la necesidad de intentar ganar para, al menos, agarrar el último billete para la Liga Europa como mal menor para su annus horribilis. La gestión ha sido pésima en Mestalla, con tres entrenadores a lo largo del curso desde la temprana destitución de Marcelino, que encumbró al Valencia el curso anterior (Copa del Rey y clasificación para la Champions) debido a las desavenencias de gestión con los propietarios del club, que posteriormente se cargaron a su sustituto, Albert Celades.

Así se las ve ahora el Valencia, que debe ganar y esperar que no gane el Getafe a domicilio al Levante o que pierda la Real Sociedad. Pero en el caso de un triple empate a 56 puntos con la Real y el Granada, con derrota del Getafe, el equipo de Mestalla ocuparía la séptima y última posición que da billete para Europa, por detrás de la Real, que sería sexta. Es una de las múltiples combinaciones que se pueden dar.

Lopetegui sabe que aspirar todavía, en esta última jornada, a la tercera plaza es tan legítimo como quimérico. A la Real Sociedad le bastaría un empate en el Wanda Metropolitano, ya que saldría beneficiada del triple empate descrito, o de otro en el que, perdiendo el Valencia ante el Sevilla, también superaría a Getafe y Granada, los otros postulantes a esos dos billetes que han cobrado tanto valor en esta última jornada.

Pero el Sevilla no está ya para realizar cuentas, sino para intentar ganar sin prestar atención a los marcadores que lleguen vía radio o internet y para disfrutar del gran logro. Se lo perderá Banega por una falta absurda al final del partido en San Sebastián. El gesto de frustración del argentino tras la entrada innecesaria que realizó ilustra sobre las ganas que tenía de despedirse de Nervión, su hogar durante cinco prolíficas temporadas, mandando con el balón. No podrá ser y le quedará el bonus de la Europa League. Hoy, aun sin Banega, aun sin público, el Sevilla debe disfrutar de su gran éxito.

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