Una cosa es superarse y crecerse siempre ante las adversidades y otra muy distinta normalizar una situación muy estresante para el cuerpo técnico en el día a día. Julen Lopetegui se quejó en la previa del duelo ante el Getafe de que entrenó ese día “con nueve jugadores del primer equipo”.

Y a falta de que lleguen las ansiadas incorporaciones –cosa de Monchi–, al entrenador sólo le queda hacer el recuento diario y seguir cruzando los dedos ante golpes y pinchazos musculares.

Lo último ha sido el costalazo que se dio Koundé el domingo, lo que obligó a Lopetegui a sustituirlo por Gudelj en el descanso. El francés está pendiente de los resultados de algunas pruebas de imagen que se realizó para descartar una lesión ósea. El técnico ya mostró su prudencia tras el partido cuando fue cuestionado en la rueda de prensa, así que ahora mismo será difícil saber si el defensa podrá estar ante el Betis. “Nos ha dicho en el descanso que no podía; no sabemos lo que tiene”, indicó el guipuzcoano.

El Sevilla prepara ya el derbi copero de este sábado con la incertidumbre aún de los efectivos con los que podrá contar el técnico. Están descartados Suso y Lamela por sus lesiones de larga duración, así como Delaney y en principio también Jesús Navas. Tampoco están disponibles Bono, Munir ni En-Nesyri y sí se espera que los que dieron positivo por Covid se vayan sumando, aunque ya lo han ido haciendo algunos en los anteriores partidos.

El cuerpo técnico quiere preparar con especial mimo el duelo de la Copa ante el Betis, una cita difícil y a la vez apasionante en la que el rival tendrá la ventaja de jugar con el calor de su público a favor y en su estadio. No obstante, es un nuevo reto para un equipo acostumbrado a sobreponerse a las dudas y a las bajas y que no pierde un partido oficial desde que visitó al líder Real Madrid en el Santiago Bernabéu (2-1) a finales de noviembre.