Sevilla FC | Dorsal de Leyenda

Otoño de luz para dos mitos

  • El Sevilla reconoce con el Dorsal de Leyenda a Pablo Blanco, tras 50 años de servicios ininterrumpidos, el mismo día que Jesús Navas es elegido primer capitán de la plantilla

Pablo Blanco y Jesús Navas, en un acto social.

Pablo Blanco y Jesús Navas, en un acto social. / Antonio Pizarro

Casi de la mano, dos mitos del Sevilla han encontrado el máximo reconocimiento en sus respectivos ámbitos. Entre los dos han defendido la camiseta de su club de toda la vida 858 veces. Ochocientas cincuenta y ocho ocasiones en la que se han enfundado la zamarra con el escudo junto al pecho, con la verdad y los nervios en cada envite del que siente de verdad la responsabilidad de lo que representa. Pablo Blanco y Jesús Navas viven su particular otoño en Nervión, después de tantísimos días prestando generoso servicio a su equipo, a su club. Pero es un otoño luminoso, como el que ya se anuncia, aún tímido, sobre la ciudad de Sevilla.

Un otoño de lustre que en el caso de Blanco tendrá su pompa cuando en el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán sea investido como XI Dorsal de Leyenda; y en el de Jesús Navas cobrará forma con el brazalete que lucirá, ya como primer capitán del equipo, este domingo ante el Getafe.

En las antípodas de la personalidad, socarrón y extravertido uno, tímido e introvertido otro, sin que sea necesario distinguir a quien corresponde cada calificativo, ambos convergen en esa vocación de servicio sin límites hacia el Sevilla Fútbol Club, desde sus ya lejanos inicios hasta la actualidad.

Pablo Blanco saltó al césped con el dorsal 2 del Sevilla por primera vez en El Molinón, el 5 de 1972 (1-0)

Más de cincuenta años después de la llegada de Blanco al Sevilla, las circunstancias han querido que Jesús Navas se haya consagrado como primer capitán, por decisión de la plantilla, como terminó Pablo Blanco, de lateral derecho. El número par acompaña a este par de símbolos eternos del Sevilla. Con el 2 debutó Blanco, macareno de la calle Arrayán, en El Molinón el 5 de marzo de 1972, después de llegar al juvenil sevillista desde el Don Bosco en 1967. Y con el 16 seguirá subiendo la banda derecha Jesús Navas con la misma energía que lo hiciera por primera vez en el Sánchez-Pizjuán, el 23 de noviembre de 2003.

Dos leyendas del Sevilla FC. Fuente: José Mérida Guillén. Fotos: Sevilla FC y José Manuel Vidal (EFE) Dos leyendas del Sevilla FC. Fuente: José Mérida Guillén. Fotos: Sevilla FC y José Manuel Vidal (EFE)

Dos leyendas del Sevilla FC. Fuente: José Mérida Guillén. Fotos: Sevilla FC y José Manuel Vidal (EFE) / Dpto. de Infografía

Ambos coinciden en otro par de cosas: llegaron al Sevilla con 15 años y saborearon en su esperado debut con el primer equipo el trago amargo de la derrota: 1-0 ante el Sporting Blanco y 0-1 ante el Espanyol Jesús Navas. No sabían entonces lo que les quedaba por vivir todavía.

Caparrós hizo debutar a Jesús Navas el 23 de noviembre de 2003 ante el Espanyol (0-1) en Nervión

"Este Dorsal de Leyenda significa todo. No pensaba que fuese a estar tantos años en el club de forma ininterrumpida. Me enorgullece y me emociona y se te hace un nudo en la garganta cuando te lo dicen", reconocía ayer Blanco en la radio del club al hablar del momento en que José Castro lo llamó a su despacho, muy cercano del que tiene en la tercera planta el director de la cantera sevillista. "Cuando me lo dijo el presidente en su despacho me quedé totalmente haciendo honor a mi apellido, en blanco. No sabía qué decir ni qué hacer".

A Blanco no le hace falta decir mucho sobre su dilatadísima trayectoria como futbolista, siempre en el Sevilla, desde 1972 hasta 1984. Que le pregunten a Cruyff o Maradona sobre sus pegajosísimos y tozudos marcajes... Todo lo dejó dicho sobre el césped, en 415 partidos oficiales, simbolizando como defensa o mediocampista esa premisa de la casta y el coraje de la que se enorgullecen los sevillistas cada vez que escuchan el himno de Osquiguilea, de los tiempos de Pablo Blanco, revisionado con el dicen que nunca se rinde por El Arrebato ya en los tiempos de Jesús Navas.

Nacido el 15 de diciembre de 1951 en Sevilla, Blanco era el futbolista que más veces vistió la camiseta sevillista hasta que lo superó Jesús Navas precisamente un 15 de diciembre, el de 2017, en un partido contra el Levante. El palaciego, que vio su primera luz el 21 de noviembre de 1985, le hizo este singular regalo de cumpleaños al que fuera uno de sus descubridores cuando zigzagueaba en Los Palacios siendo un enclenque al que le sobraban calzonas, camiseta y velocidad en igual desmesura. Ya lleva el Duende de Los Palacios 443 partidos a sus espaldas, entre ellos nada menos que 70 europeos, entre Liga de Campeones, Liga Europa y Supercopa de Europa. A ver quién lo pilla.

Cuenta el propio Blanco que cuando fue a Los Palacios una lluviosa mañana a ver al meta Wilfred se topó con ese diablillo que regateaba incluso a los charcos. Luque, ex técnico sevillista que entonces ejercía de profesor en el pueblo de Jesús Navas, fue su primer mentor hasta que llegó Blanco, el hombre de la vista de halcón para el talento futbolístico, ya como máximo responsable de la cantera, para ratificar los rumores: ahí había un jugador de época. De leyenda. Quién le iba a decir entonces al veterano ojeador que estaba contemplando al hombre llamado a quitarle su récord, una marca de la que nunca le gustó presumir por respeto a Juan Arza, que aún en vida, recibió el I Dorsal de Leyenda... A Blanco, undécimo en lograr tan alto galardón, casi lo dejan en el banquillo.

Jesús Navas ya ha sido capitán del Sevilla. Los capitanes lo añadieron a la nómina la temporada pasada, una vez configurada la jerarquía, por su simbología. Un año después lo han encumbrado con el brazalete que más pesa. Quién lo hubiera dicho del retraído chaval de Los Palacios, tan apocado fuera del campo como atrevido dentro. A sus 32 años, tal elección le da el respaldo de la confianza, la que ha recuperado como carrilero de la banda que fue de Blanco, quien a sus 66 años aún no ve el momento de dejar de prestar servicios al Sevilla. 858 partidos los contemplan.

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