Otro desafío para los abonados de Fondo en un estadio obsoleto
Con el futuro del Sánchez-Pizjuán en el aire ante los rumores de una posible venta, el horario pone otra vez a prueba al aficionado sevillista ante el Mallorca
La absoluta falta de tacto –y de conciencia– de los responsables de LaLiga vuelve a poner a la afición del Seville en una clara situación de riesgo. Que no se produjeran accidentes significativos (golpes de calor, etcétera) en el Sevilla-Barcelona a las cuatro de la tarde ya fue una grata noticia antes del parón. Ahora, la patronal riza el rizo con un encuentro a las dos en un día en el que la Aemet prevé 31 grados a la sombra a las horas de máxima temperatura. Pero da la casualidad de que en el Sánchez-Pizjuán no hay sombra, como ya es sabido salvo en la grada de Preferencia, por lo que de nuevo la cita ante el Mallorca será un desafío para la salud de los abonados, particularmente de Fondo, pero también los de ambos goles, Norte y Sur, en la franja horaria del día en la que el sol estará en su punto más alto.
Ya se vio ante el Barcelona cómo los aficionados esperaron hasta el último momento para acceder a su localidad, cómo hubo imágenes de cientos y miles de seguidores sin camiseta en las gradas (con la dudosa presencia que ello da por televisión) y cómo las botellas de agua, gorras y abanicos forman la única arma que el indefenso aficionado tiene contra ello. En las redes sociales, muchos de ellos han criticado que no se permita entrar botellas con tapón, los precios de las que se venden en el estadio, cómo no, cómo el Sánchez-Pizjuán está claramente obsoleto en esta circunstancia cuando el club recibió hace unos tres años un crédito de LaLiga de 127 millones de euros casi en su totalidad (85%) para equipamiento de instalaciones y actualizaciones tecnológicas.
Con el futuro del Sánchez-Pizjuán en el aire ante una posible venta, toca un nuevo desafío para unos abonados que ponen en juego su salud.
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