Antonio Cordón, el anhelo sevillista de la calma y el liderazgo

El director deportivo pacense, con amplia experiencia en el mercado internacional, colmaría las expectativas de hombre de fútbol para contextos complicados, como hizo en el Betis

Las lógicas dudas de Imanol frente a este Sevilla

Antonio Cordón se expresa en una conferencia como director deportivo de Ecuador, en 2020..
Antonio Cordón se expresa en una conferencia como director deportivo de Ecuador, en 2020.. / F. E.

Es hombre de fútbol y tiene un espíritu tranquilo y optimista. Son tres valores que en el Sevilla actual significan oro. Calma, positivismo... realismo futbolístico. Que haya salido a la palestra el nombre de Antonio Cordón (Granja de Torrehermosa, 19-12-1963) como candidato principal a la dirección deportiva del Sevilla no es casualidad. José María del Nido Carrasco está necesitadísimo de alguna ayuda para intentar enderezar el rumbo de una nave cuya deriva parece llevarla directamente contra los riscos más acres de los acantilados, en una tormenta sin precedentes: en lo económico, en lo deportivo y en lo social. Y el pacense está hecho a muy distintos contextos, conoce el paño y también la ciudad y sus circunstancias.

Quizá para el sevillismo, que todo lo mira ya con recelo y con lupa, poner el foco en un ex gestor del eterno rival es otro craso error de la directiva sevillista. Pero en Nervión tratan de meter el bisturí de forma profesional. En el Betis dejó una buena huella a pesar de que en febrero de 2023, de buenas a primeras, cogió carretera y manta. Consideró, con un estricto sentido profesional, que su misión en Heliopólis había terminado. Lo mismo le pasó cuando firmó por el Olympiacos en junio de 2023 y vio que el presidente Evangelos Marinakis era intratable entre destituciones de entrenadores y directores deportivos. No le gustó aquel avispero que sólo ha logrado arreglar, curiosamente, José Luis Mendilibar, con tres títulos entre 2024 y 2025 con un título de la Conference el primer año y el doblete de liga y copa el segundo. Pero lo de Mendilibar es otra historia que mjor no menear por Nervión...

Cordón llegó a Heliópolis en pleno Covid, en julio de 2020, para aquel mercado con los clubes en crisis por la falta de ingresos que se alargó hasta octubre. Logró ingresar aquella temporada en las arcas del Betis 43,7 millones por traspasos (datos de Transfermarkt.es) y no se gastó ni un duro en fichar libres o cedidos a futbolistas como Claudio Bravo, Montoya, Víctor Ruiz o Miranda. Y dejó la sensación de ser un gestor de plantilla.

Gestión en un amplio sentido de la palabra, con familiaridad cuando era necesaria o distancia si lo requería el momento; preocupado por dejar gestos motivacionales en el vestuario, mensajes, guiños; y también siempre mirando la concepción colectiva del equipo y la adaptación de los medios a los fines. Desde la calma y el optimismo. Justo lo que necesita un Sevilla cuya directiva no tiene crédito ninguno y busca un líder que amase la argamasa con la cal necesaria para que cuaje un edificio no se sabe muy bien aún sobre qué cimientos.

El problema es que Cordón ahora mismo está enfrascado en una de sus aventuras internacionales: es el Chief football officer, es decir, máximo responsable del área de fútbol de este holding que aglutina a un grupo de emprendedores que, según su propia web, son “expertos en fútbol, especialistas en negocios, finanzas, ventas y marketing”. Todo un epítome de las carencias del Sevilla...

En Villarreal fue donde se hizo como gestor de fútbol. Allí empezó como ojeador y tras una larga etapa que coincidió con el crecimiento del equipo amarillo recibió de manos de Fernando Roig la insignia de oro y brillantes en reconocimiento a su trayectoria exitosa entre 2000 y 2016. Allí conoció a Pellegrini y, tras un breve paso por Mónaco, hizo simbiosis con el chileno en el Betis, que empezó a crecer desde el Covid, al contrario que un Sevilla que dilapidó sus rotundos éxitos deportivos. Con Cordón llegaron las clasificaciones europeas y la Copa en su segundo curso... “He venido a despertar a un gigante dormido”, dijo en julio de 2020. En el Sevilla, si lo convence, se encontraría a un gigante casi muerto. Y así es difícil convencer a nadie. Pero en ello anda Del Nido Carrasco...

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