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El área rival es un sumidero

  • Derrochó muchos robos arriba: un último pase, una mala elección...

El área rival es un sumidero

El área rival es un sumidero / Antonio Pizarro

El Sevilla necesita sacar decenas de fotografías para extraer una que se pueda publicar. Pero a él, en cambio, basta con hacerle un par de ellas para sacarle las vergüenzas. El caso que todos van a recordar cuando la temporada eche el telón va a ser la desafortunada ida ante el Leicester. Ayer, ante la Real Sociedad, le volvió a suceder.

Defensa

Lo mejor del sistema defensivo de los blancos nació ayer muy lejos del área de Sergio Rico. Si la línea de retaguardia tiembla, como queda plasmado partido tras partido, mejor tratar de volcar el juego hacia la parte contraria. Jugársela con la presión. La Real se bloqueó ante la animosidad de gente que quizás no entraba en los planes de Eusebio Sacristán. Nasri, por ejemplo. El francés trabajó mucho sin la pelota y colaboró con N'Zonzi a plantar la línea de presión en el mediocampo realista. Franco Vázquez, unos metros más arriba, también hacía una labor defensiva encomiable, por mucho que sus pesadas piernas lastren algo su empeño. Y arriba del todo, Ben Yedder se subía al carro.

En los primeros 6 minutos ya había recuperado el Sevilla hasta cuatro pelotas en posiciones avanzadas. Defensivamente, tuvo el premio de desenchufar a Vela arriba y de obligar a Oyarzabal -ayer por la derecha- y a Juanmi -ayer por la izquierda- a perder metros para ayudar atrás.

Eusebio acertó con su revulsivo. Fuera del campo Oyarzabal, dentro Canales para reforzar la media ante un Sevilla que perdía fuelle -Iborra iba a entrar, pero llegó el empate y Sampaoli rectificó- y toda la banda derecha para ese cachorro incansable que es Odriozola. Canales fue el nexo para Juanmi y Vela. La roja a Zurutuza diluyó su peligro.

Ataque

A medida que se iba por el sumidero todo lo que brotaba de los tres cuartos de campo, donde tanto robó y creó -el Mudo Vázquez como principal artífice de nuevo-, flotaba en el aire de Nervión que lo podía volver a pagar a poco que le cayera alguna a Carlos Vela. Así fue. Y si la cosa no acabó en tragedia con ese regalo de Rami al mexicano, fue por Sergio Rico.

Vitolo empezó acusando el periodo de baja y los mejores socios del Mudo y Ben Yedder fueron inopinados: Lenglet en largo y Escudero al meterse por dentro.

Cuando el Sevilla perdió gas por su fortísimo empuje inicial, Sampaoli metió a Ganso por el Mudo y, por esa falta de fuelle del grupo, perdió trabazón el juego entre líneas. Luego, ante una Real muy replegada ya con diez, ni Ganso ni Iborra ni N'Zonzi tuvieron claridad para ese pase que descerrajara el candado.

Virtudes

Apretó mucho y con sentido.

Talón de aquiles

Cuánto fútbol no habrá derrochado el equipo de Sampaoli para haber marcado 63 goles en 36 jornadas, una cifra notable, y en cambio lamentar su falta de contundencia, mala uva, precisión, mordiente.

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