Sevilla-Girona | Nombres propios

Para ser un grande hay que tener gol y a Bryan Gil aún le falta eso

  • Fernando, con el espejo de Oriol Romeu, se vio superado cada vez que Riquelme lo encaraba y Acuña volvió a ver una tarjeta al final en una actitud digna de toda reprobación

  • La crónica del Sevilla-Girona

Bryan Gil golpea un balón de cabeza delante de Yan Fouto.

Bryan Gil golpea un balón de cabeza delante de Yan Fouto. / Joaquín Corchero | Europa Press

Decepción de los sevillistas cuando parecía que estaban escalando para luchar por otras cotas más altas, aunque la cruda realidad es que hace un mes rezaban por escapar del descenso. La escuadra de Mendilibar acusó esta vez su falta de gol y se vio superada completamente por el Girona.

Bryan Gil | La diferencia entre un crack y un buen jugador, el remate

Bryan Gil observa una entrada de Pape Gueye a Santi Bueno. Bryan Gil observa una entrada de Pape Gueye a Santi Bueno.

Bryan Gil observa una entrada de Pape Gueye a Santi Bueno. / Antonio Pizarro

Lamentablemente para el Sevilla, las tres oportunidades para haberse metido en el partido de verdad le cayeron en las piernas a Bryan Gil. El barbateño es un muy buen futbolista, ya lo era durante su etapa en el filial, pero la diferencia entre ser un jugador aceptable y un crack está en el remate y ésa es una suerte que él, a día de hoy, y tiene tiempo de mejorarla, no domina. Tres ocasiones clarísimas, pero diáfanas. En una no llega a rematar, en la segunda al portero y en la tercera al poste.

Suso | Con él en el campo sí hubo algo de picante arriba

Suso dispara ante la oposición de Callens. Suso dispara ante la oposición de Callens.

Suso dispara ante la oposición de Callens. / Antonio Pizarro

Salió en la segunda mitad junto a Rakitic para sustituir al titular Papu Gómez y a Fernando. Cuando el balón le cayó en sus pies sí hubo más picante, al menos fue capaz de crear una falta en el borde del área, de disparar al travesaño cuando ya no quedaba tiempo para prácticamente nada y tener clarividencia por su costado, pero el partido podía durar 500 minutos que daba igual.

Fernando | No se vio acompañado por Gueye y sufrió mucho

Fernando trata de robarle un balón a Riquelme. Fernando trata de robarle un balón a Riquelme.

Fernando trata de robarle un balón a Riquelme. / Antonio Pizarro

Tenía enfrente a un futbolista como él para que fuera referencia y la verdad es que en estos momentos Oriol Romeu está algunos escalones por encima suyo. Si encima se encuentra con escasa ayuda por parte de Pape Gueye, era un problema para él cada vez que lo encaraba Riquelme y se veía desbordado por la habilidad del cedido del Atlético. O lo ayudan a tapar o sufre en demasía solo.

Acuña | Ya está bien, otra tarjeta con el partido acabado...

Muñiz Ruiz le muestra la tarjeta amarilla a Acuña tras acabar el partido. Muñiz Ruiz le muestra la tarjeta amarilla a Acuña tras acabar el partido.

Muñiz Ruiz le muestra la tarjeta amarilla a Acuña tras acabar el partido. / Antonio Pizarro

El lateral lo dio todo mientras tuvo fuerzas, trató de pelearse con Tsyngakov, que ya era una tarea complicada, apoyó a Bryan Gil, tiró centros como podía... Pero rara vez obtuvo rédito en todo ello y encima defendió el córner del 0-1 tan mal como Dmitrovic y Fernando. Pero lo peor de todo es una nueva tarjeta con el partido acabado; con respeto, ya está bien de hacer el niñato.

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