Lille-Sevilla | La previa

De la sana intención a las victorias

  • El Sevilla busca en la casa del campeón de la liga francesa ese primer triunfo que aclare su camino a octavos

  • En-Nesyri aún deberá esperar

Julen Lopetegui alecciona a sus jugadores en el Stade Pierre-Mauroy.

Julen Lopetegui alecciona a sus jugadores en el Stade Pierre-Mauroy. / Imagen SFC

El Sevilla de Julen Lopetegui Agote afronta esta noche en el norte de Francia un partido nada ordinario. El equipo de Nervión, por su enorme crecimiento desde que festejó su centenario allá por 2005, se ha habituado a que ninguno de sus encuentros lo sean. Pero unos tienen más enjundia y trascendencia que otros. Y el que litiga hoy se las trae.

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Parece que es de obligado cumplimiento derrotar al de enfrente, pues cuando se produjo el sorteo en agosto pasado, esa bola del bombo 1 era la que todos los incluidos en el resto de bombos anhelaban. Pero un respeto. Hablamos de un bloque, el del Lille, que fue mejor que el Paris Saint-Germain, sí, el opulento e imponente PSG, después de 38 partidos. Luego algo tendrá. Las temporadas cambian de una a otra, pero hablamos de una escuadra que hizo tamaña proeza hace unos meses. Algo retendrá de esa competitividad.

La empresa no se antoja fácil, pues. De hecho, ganar partidos fuera de casa en Europa nunca lo fue. Aquel piropeado, y con razón, Sevilla de Juande Ramos alzó dos Copas de la UEFA en 2006 y 2007 después de ganar pocos partidos a domicilio. Iba a San Petersburgo en la fase de grupos y palmaba. O debía solucionar en casa sus patinazos en los viajes. En Lille, por ejemplo, cuando Notario se merendó un córner.

Viajar por Europa implica jugar en campos extraños, bajo climas hostiles, ante jugadores desconocidos que saben llevar a su terreno el conocimiento del entorno. Y son habituales los arbitrajes amables con el anfitrión, quién sabe si por no soliviantar a la grada y que la UEFA tenga amarrado el segundo factor que le obsesiona después de complacer a sus patrocinadores: la seguridad.

El caso es que no va a ser fácil para el Sevilla ganar hoy. No lo era con Luis Fabiano y Kanouté en la vanguardia, tanto más en el presente, con el equipo evidenciando más dudas de las aconsejables en la construcción del juego y sostenido, y bien arriba, por su admirable solidez gracias a su orden y trabajo colectivo, el que ha procurado... Julen Lopetegui Agote.

Haberse plantado en la tercera jornada de esta fase de grupos sin conocer la victoria, después de dos magros empates, y gracias, ante el Salzburgo y el Wolfsburgo, ha metido al Sevilla en un peligroso embrollo que debe resolver con una victoria en Francia. Sólo así se va a aclarar su camino hacia los octavos de final de la Champions por sexta vez en su historia.

Pero flota en el ambiente que para derrotar a este rocoso Lille, que con un solo punto sumado va a salir a morder, el Sevilla va a tener que elevar el nivel ofensivo que mostró en sus últimas salidas a Alemania, a Granada o incluso Vigo, a pesar de que en la última se llevara los puntos en el avión de vuelta.No se está distinguiendo el Sevilla de Lopetegui por su intensidad, ambición y verticalidad lejos del Ramón Sánchez-Pizjuán, donde sí que se hizo justo acreedor a sus convincentes triunfos ligueros ante Rayo Vallecano, Valencia y Espanyol.

El sevillista anda mosca con el equipo y se teme que el bajo nivel del juego ofensivo, con el tiempo, acabe pesando más en la balanza que el fabuloso orden defensivo y que la temporada se tuerza de forma irremisible. Y las miradas inquisitorias se centran en Julen Lopetegui Agote.

Hoy, el muy competente y nada autocrítico preparador vasco recupera a dos de los tres contrafuertes de su defensa junto con el admirable Fernando Reges, como son Koundé y Diego Carlos. También Acuña, después de su fallido rato en una posición más adelantada ante el Celta, debe recuperar su puesto en el rincón izquierdo para abrir el campo como suele. En la derecha, no hay motivos para que Jesús Navas deje su hueco a Montiel, quien sólo fue titular ante Valencia (bien) y Granada (regular).

En los acompañantes de Fernando en la zona ancha se avivan las incógnitas. Joan Jordán y Rakitic no terminan de soltar amarras y a su fútbol parsimonioso unen malas decisiones o ejecuciones. Y Delaney, que ya jugó minutos de calidad en Vigo, o el Papu Gómez, que está descansado y de vuelta, se postulan como alternativas.

Arriba, la franca mejoría de Suso en su rato del pasado domingo lo carga de razones, entre otras cosas porque es un predilecto de su entrenador, pero también Lamela merece una oportunidad desde el inicio en un partido de fuste como el de hoy.

En-Nesyri ya tocaba balón el pasado lunes en el entrenamiento, pero su estado físico aún no aconseja su vuelta y no pudo subirse al avión. Rafa Mir tendrá que consolidar su papel como goleador y en la recámara está Munir. Hay que buscar goles. Porque ganar, más que una sana intención, debe ser una realidad para este Sevilla en la Champions.

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