El Sevilla afronta su segunda semana en Montecastillo en un periodo clave para el futuro del equipo que adiestra José Luis Mendilibar. Una semana con cuatro amistosos, uno de ellos que servirá de presentación ante la afición en el Sánchez-Pizjuán en el trofeo Antonio Puerta, una cita señalada en el calendario de verano que habitualmente llega algo más tarde, pero que suele ser un poco el termómetro del sevillismo y su confianza en relación al plantel y a la planificación.

Será además la última semana de tranquilidad –entre comillas– institucional, puesto que la que viene será la de la celebración de la Junta General Extraordinaria de Accionistas que tuvo que convocar el consejo de administración atendiendo a la petición realizada por el ex presidente José María del Nido Benavente.

Pero fundamentalmente será clave la semana para Mendilibar, que deberá avanzar en el trabajo de pretemporada y también será cuando deban sumarse al grupo los siete internacionales de la plantilla, en concreto, seis más Idrissi (Jesús Navas, Bono, En-Nesyri, Badé, Gudelj, Ocampos y Acuña). También espera el técnico vasco que se clarifique el futuro de varios jugadores en la mente de todos, puesto que la plantilla se acerca peligrosamente a la cuarentena de efectivos.

Para ello, paralelamente a lo que Víctor Orta pueda hacer en el mercado colocando a alguno de estos futbolistas, lo que Mendilibar vea en los amistosos va a ser fundamental. En este sentido, el martes hay otro amistoso ante el Ceuta (recién ascendido a Primera RFEF) en Montecastillo (19:00), mientras que el miércoles llegará al Sánchez-Pizjuán el Independiente del Valle ecuatoriano como campeón de la Copa Sudamericana en el trofeo Antonio Puerta, que servirá también de experiencia piloto para la llamada UEFA-Conmebol Challenge Cup.

El fin de semana, Mendilibar tendrá que hacer una nueva criba para viajar a Alemania, donde jugará el sábado y el domingo ante el Hansa Rostock y el Magdeburg.