DIRECTO
Sigue la Lotería de Navidad 2025 en Sevilla

Hoy el VIH tiene el rostro de cualquier persona de a pie

Tras dos décadas, la medicina ha conseguido cronificar la patología y que el infectado por el virus no llegue a morir de sida · Sin embargo, los pacientes lamentan que la sociedad siga conservando los estereotipos de antaño

Blanca y María del Carmen, de Cruz Roja, organizando las necesidades semanales del programa de asistencia.
Paola García Costas

12 de marzo 2009 - 01:00

En 1993 el personaje ficticio Andrew Becket (protagonizado por Tom Hanks) encarnaba la figura de un abogado que por ser homosexual y haber contraído el sida era despedido de manera improcedente de un prestigioso bufete de abogados. La película de esta trama: Philadelphia, film que como otros muchos empezaban a concienciar sobre el apocalipsis al que estaban destinados los infectados por el virus VIH. Por entonces, VIH (el virus) era igual a sida (la enfermedad), y sida era igual a muerte; al desconocimiento médico científico sobre la epidemia se unía la alarma social y el estigma hacia el enfermo. Hoy, 20 años después desde aquellos oscuros comienzos, la inversión en investigación ha hecho posible "la cronificación de la enfermedad, uno puede vivir toda la vida con el virus sin morir de sida", explica África, psicóloga de la Asociación VIH/Sida Adhara. Pero según la especialista el avance médico, "no hay ido acompañado del avance social. Se sigue discriminado al enfermo, marginando, ocultando. Y por otro, nos hemos relajado en prevención, seguimos creyendo que sólo pueden contraer el VIH los drogadictos, las prostitutas, los homosexuales y los hemofílicos". En este sentido, África indica que el perfil del portador ha cambiado mucho siendo la población normalizada la que se encuentra entre el mayor porcentaje de diagnósticos. "Hoy el virus lo tiene tu panadero, tu médico de cabecera, tu peluquera… gente de a pié. Y entre las causas principales, la práctica de relaciones sexuales no protegidas. La persona que consideres más guapa, más educada, más limpia y saludable puede infectarte si no usas condón", concluye. Según datos de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida) España registra cada año alrededor de 2.000 ó 2.500 nuevos casos de personas infectadas.

Yolanda es una mujer de 48 años y seropositiva desde 1990. Su marido también fue diagnosticado ese año, y decidieron irse al campo "para pasar los últimos días de existencia tranquilos y morir", relata. Sin embargo, esta pareja de buen nivel económico y cultural se preparó para un evento que nunca ocurrió. Hace siete años retomaron sus vidas y volvieron al mundo de los horarios, el transporte público, las colas de los bancos, volvieron al espacio público. Yolanda es miembro activo de la fundación Adhara, y apoya con su experiencia a las personas diagnosticadas. "La medicación ha avanzado muchísimo, sin embargo, el estigma social es el mismo que antaño. El motivo sobre todo es la falta de información que mantiene estereotipos obsoletos". En este sentido, África explica que "un afectado por el virus puede hacer una vida completamente normal con la persona no infectada: compartir ropa, maquillaje, dar besos y abrazos, trabajar…Los únicos medios de infección es la penetración anal, vaginal, el sexo oral, la lactancia materna y el contacto sanguíneo".

GRUPOS VULNERABLES

Si bien la población normalizada ocupan el alto porcentaje de infectados por el VIH. Siguen existiendo grupos que por su estatus social son más vulnerables a desarrollar el sida. En consecuencia, Cruz Roja desde el 2001 trabaja en un programa de apoyo a los afectados de VIH. "En él voluntarios hacen semanalmente visitas a domicilio, acompañamiento a consultas, gestión administrativas de todo tipo", explica su responsable María del Carmen Ostos que es trabajadora social. El usuario del programa ha cambiado en estos años, "al principio la mayoría eran drogodependientes, en cambio hoy son en gran cantidad inmigrantes que en contra de lo que se piensa son infectados en nuestro país, no vienen enfermos desde los suyos".

Blanca es voluntaria en este programa desde el 2004, "aunque no lo digo abiertamente porque hay personas que todavía se asustan de que trabaje con afectados de VIH o enfermos de sida", cuenta. Esta mujer de mediana edad manifiesta que lo que le mueve al voluntario es el compromiso. En el caso de los inmigrantes, Blanca que habla cuatro idiomas, traduce, ayuda y los informa sobre todo el sistema sanitario de España. En cambio en la actuación con el drogodependiente "es estar ahí, recordarles sus citas y acompañarlo, ellos tienen poco apego a su salud. Les transmites que la sociedad no los abandona".

Pedro (nombre con el que conserva su anonimato) tiene 39 años y un hijo. "Lo mejor que me ha pasado en la vida, lo que mantiene en mi lucha y mis ganas de vivir", manifiesta mientras enseña la imagen de su pequeño en la salvapantallas de su móvil. Pedro es ex politoxicómano, y esa mañana acaba de tener una entrevista de trabajo como cocinero.Actualmente, su carga viral es indetectable, y sus defensas (linfocitos DC4) muy altas, "tengo una gran adhesión al tratamiento", cuenta. Este hombre contrajo el bicho, término con el que conocía en su jerga al virus del VIH, por compartir una jeringuilla en el 2002. Ha estado en prisión, ha visto a gente infectar y ser infectada. Hoy, en el ecuador de su vida, lucha por una estabilidad laboral que le permita una custodia compartida de su progenitor. "La sociedad es muy dura y severa con esta enfermedad. En mi caso, solo saben que tengo el virus mis padres y tres personas más, ni siquiera lo saben mis hermanos. Los seropositivos vivimos con una lucha interior muy grande", explica. El discurso de Pedro, sereno, humano y de una empatía hacia el otro palpable concluye, "los infectados por el VIH somos personas como otra cualquiera, ojalá llegue el día en que la sociedad informada lo entienda ".

2.500

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último