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Sociedad

Japón gastará 358 millones para acabar con las fugas de Fukushima

  • El Gobierno nipón diseña un plan de emergencia justo cuando Tokio compite por organizar los Juegos Olímpicos de 2020.

Japón anunció ayer que invertirá fondos públicos por valor de 358 millones para solventar las fugas de agua contaminada en Fukushima, algo que puede ayudar a mejorar la imagen de Tokio a cuatro días de que se elija la sede olímpica de 2020. Como parte de una plan de emergencia, el Gobierno reveló que invertirá 47.000 millones de yenes, de los cuales 20.000 (152 millones de euros) procederán de fondos reservados correspondientes al ejercicio fiscal 2013.

La implicación del Ejecutivo en la crisis refleja la gravedad de la situación en la planta. "El mundo está observando para ver si podemos llevar a cabo el desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima, donde se incluye la lucha contra los problemas del agua contaminada", dijo ayer el primer ministro, Shinzo Abe, en una reunión ministerial. El propio Abe defenderá el próximo 7 de septiembre el proyecto olímpico tokiota en Buenos Aires, donde el Comité Olímpico Internacional (COI) elegirá la que será la sede en 2020.

Del monto aprobado, que se enmarca en un plan de emergencia para contener la situación en la planta nuclear golpeada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, 32.000 millones de yenes (243 millones de euros) se destinarán a un sistema para congelar el suelo alrededor de los edificios de los reactores 1 a 4.

Este proceso experimental se realizaría mediante la inserción en el terreno de unas varillas refrigerantes que crearían de este modo un muro de 1,4 kilómetros de largo para bloquear la entrada y salida de agua en los sótanos de estos edificios. El principal problema es la enorme acumulación de agua altamente radiactiva en los sótanos de los reactores, que aumenta en cerca de 400 toneladas diarias.

Esa acumulación se produce porque el líquido utilizado para refrigerar los reactores se filtra a los sótanos, al tiempo que las aguas naturales del subsuelo procedentes de las zonas colindantes penetran también en los edificios. Se cree que la central vierte unas 300 toneladas diarias de agua radiactiva al Pacífico.

La situación se ha complicado aún más tras detectarse en agosto una fuga de agua muy radiactiva en uno de los miles de tanques que se emplean en la central para almacenar el agua que se ha usado para enfriar los reactores.

Mientras Tokyo Electric Power (Tepco), operadora de la planta, intenta trasladar este líquido cuanto antes a otros depósitos construidos con materiales más sólidos para evitar nuevas filtraciones, la eléctrica y el Gobierno intentarán instalar un sistema para reducir la toxicidad del agua. Para la instalación del Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS por sus siglas en inglés) se emplearán los otros 15.000 millones de yenes (114 millones de euros) del presupuesto aprobado ayer.

El plan es que el agua procesada con el ALPS, que sustrae de ésta 62 tipos de sustancias radiactivas (aunque no el tritio) sea evaporada después o arrojada al Pacífico, ya que según las autoridades contendría materiales por debajo del límite de 90 becquerles por litro que marca la ley en Japón. La gestión de la operadora, que no ha sido capaz en más de dos años de controlar la crisis en la central, se está poniendo en entredicho y el propio Gobierno le ha acusado de responder de manera improvisada por lo que ahora ha decidido tomar las riendas de la situación.

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