Ozonizadores para las tiendas ¿realmente acaban con el coronavirus?

Desinfección

Estos aparatos, que se utilizan para eliminar bacterias, virus, hongos y malos olores en los ambientes cerrados, están siendo muy demandados

Los ozonizadores ya se utilizan en clínicas dentales, veterinarias y algunos hospitales.
Los ozonizadores ya se utilizan en clínicas dentales, veterinarias y algunos hospitales.

28 de abril 2020 - 16:30

A lo largo de este mes y medio largo de confinamiento debido la crisis sanitaria del coronavirus de Wuhan, poco a poco la sociedad ha ido adquiriendo conocimientos y hábitos higiénicos que hasta no hace mucho eran desconocidos o, como poco, no eran algo cotidiano.

Ahora hay auténticos expertos. Enciclopedias humanas que lo saben todo acerca de cómo lavarse las manos, a conciencia, con agua y jabón, de la proporción exacta de lejía que debe llevar el agua para convertirse en un desinfectante eficaz, de cómo fabricar gel hidroalcohólico o los diferentes tipos que hay, hacer mascarillas de tela o de gasa… Todo para mantenerse lo más lejos posible de fuentes de contagio o directamente acabar con el virus en cualquier superficie.

Sin embargo, en las últimas semanas han proliferado las informaciones acerca de las ventajas de un elemento natural que, según la OMS, está considerado como uno de los mejores desinfectantes: el ozono.

El interés de las empresas por los ozonizadores (unos aparatos capaces de crear átomos de oxigeno enriquecido que destruyen bacterias en un tiempo récord) se está multiplicando desde que hizo aparición el Covid-19.

En efecto, los ozonizadores son capaces no sólo de destruir al coronavirus (y otros virus y bacterias) sino que también acaban con otros elementos nocivos y con los malos olores dejando un ambiente más respirable y sano. Además de su efectividad, limpiar con ozono permite dejar de utilizar productos químicos que pueden ser perjudiciales para la salud.

Estos aparatos se llevan utilizando hace tiempo en algunos establecimientos del sector la hostelería y han empezado a verse en vehículos de uso público como los taxis o los autobuses así como en las flotas de coches policiales, bomberos, etc.

Ahora son numerosas tiendas, aún cerradas, las que se están interesando por los ozonizadores como herramienta para mejorar la desinfección de sus instalaciones sin necesidad de recurrir a otros productos de limpieza, por lo demás más costosos a la larga e incluso menos eficaces, ya que, al ser un gas, el ozono es capaz de llegar a todas partes y desinfectarlas, por muy ‘escondidas’ que estén.

Porque, efectivamente, la eficacia del ozono para higienizar frente al coronavirus está demostrada y avalada por estudios científicos, siempre y cuando se utilice el tipo de aparato adecuado. Los cañones o máquinas de ozono se usan ya en muy diversos campos que incluyen los usos industriales, profesionales e incluso domésticos, con aparatos diseñados para satisfacer cada necesidad.

Con la previsible apertura de tiendas en unas semanas (y posteriormente de los bares y restaurantes) se prevé que la desinfección diaria sea una de las primeras exigencias que impongan las instituciones sanitarias y los propios clientes, y los ozonizadores parecen una buena forma de conseguirlo sin demasiado esfuerzo.

Actualmente existen incluso generadores de ozono automáticos, capaces de mantener purificado el aire de todo el establecimiento, o en su defecto hay profesionales certificados para la higienización de instalaciones con experiencia en sectores como las clínicas dentales o veterinarias, hospitales, peluquerías, guarderías y colegios, hoteles e incluso granjas. Parece que el ozono ha llegado para quedarse.

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