Los antibióticos no son necesarios en bronquitis agudas

Un estudio cuestiona el modo habitual de abordar las infecciones de las vías respiratorias.

La automedicación con antibióticos ha sido una práctica dañina muy generalizada.
Ainhoa Iriberri Madrid

25 de enero 2014 - 01:00

El invierno es una época propicia para las infecciones de las vías respiratorias bajas para las que, tradicionalmente, se han prescrito antibióticos. Por primera vez, un estudio demuestra que estos no son eficaces si los pacientes solo tienen bronquitis y no suman patologías adicionales.

Es una situación más que habitual en las consultas de atención primaria en esta época. Un paciente llega con tos, esputos que cambian de color y dificultad para respirar, entre otros síntomas a su médico, que le diagnostica bronquitis aguda o infección de las vías bajas respiratorias. Pero ¿cuál es el siguiente paso? Hace años, recetar antibióticos era lo más habitual y, en ocasiones, ni siquiera hacía falta la receta: el propio paciente se autodiagnósticaba y adquiría uno de estos fármacos. Las cosas cambiaron y la automedicación con antibióticos se reguló, para fortuna de los españoles y sus resistencias. Sin embargo, en la consulta el curso de acción distaba mucho de ser uniforme.

Por primera vez, un estudio ha demostrado que en pacientes sin patologías adicionales que solo presentan bronquitis aguda recetar antibióticos es tan eficaz como prescribir una píldora de azúcar o, lo que es lo mismo, un placebo. El trabajo se ha llevado a cabo en nueve centros de atención primaria catalanes y ha sido publicado en la revista British Medical Journal. Dirigido por Marc Miravitlles, investigador del grupo de Neumología del Vall d'Hebron Institut de Recerca y Carl Llor, del centro de atención primaria Jaume I de Tarragona, el ensayo se diseñó de forma sencilla y eficaz y, sobre todo, con pacientes reales, de esos que copan ahora los centros de salud. En concreto, fueron 416 pacientes de 18 a 70 años sin ninguna patología previa y con síntomas de infección respiratoria aguda de vías bajas a los que se administraron tres ramas de tratamiento durante diez días: antibiótico (en concreto, amoxicilina-ácido clavulánico, el más utilizado en estos casos), antiinflamatorio (ibuprofeno) o placebo. Los médicos no conocían el medicamento asignado, para evitar sesgos en la investigación.

El trabajo demostró de forma clara que el antibiótico no ofrecía ningún beneficio. "Lo único que se puede conseguir es un aumento de los efectos secundarios y que se generen más resistencias", advierte y reconoce que este es un asunto sobre "el que hay debate en la comunidad médica", aunque "en los últimos años la prescripción de antibióticos ha disminuido". Lo que aporta este estudio son datos hasta la fecha inexistentes para apoyar al médico en su decisión. Porque a veces, señala el especialista, no es solo el profesional el "responsable" de que el paciente salga con una receta de antibióticos bajo el brazo, sino que es el mismo enfermo el que exige este tipo de medicamentos, basándose en la falsa idea de que mejora el curso de la enfermedad.

La realidad, como ha demostrado el estudio, es que hay pocas terapias efectivas para este tipo de bronquitis aguda, más allá del tratamiento sintomático. "Por ejemplo, si duele la cabeza, puede ser bueno tomar un analgésico y si hay dolor por la tos, un antiinflamatorio", resume el especialista.

De hecho, en el grupo de pacientes asignado al ibuprofeno se observó que los síntomas no duraban menos pero sí había una tendencia a la mejora del estado general del enfermo.

Comenta Miravitlles que la etiología de la bronquitis aguda "no se conoce en muchos casos". Es decir, que la infección puede estar provocada por virus (casi siempre) pero también por bacterias. En este último caso, apunta, no cambian las recomendaciones que se deducen del estudio. "El organismo es muy capaz de hacer frente a la bacteria por sí mismo", recalca.

Eso sí, el neumólogo quiere recalcar que esta conclusión no sirve para todos los pacientes sino, precisamente, para los seleccionados para participar en el estudio. "Esa misma bacteria que el organismo puede controlar tranquilamente, puede hacer mucho daño si infecta a una persona delicada y ahí sí puede ser necesario tener que ayudarla con antibióticos", concluye.

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